El mundo científico lleva muchos años buscando soluciones para qué hacer con el dióxido de carbono (CO2) que hay en el aire. Se ha tratado de todo, de capturarlo, de convertirlo en otros gases menos contaminantes, etc. El principal problema es que el gasto energético en hacer estas conversiones era muy alto y medioambientalmente los resultados no eran idóneos. Pero parece que hay una nueva solución que podría acabar con este problema.
Ahora, investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) afirman que han ideado una manera de tomar el CO2 directamente del aire y convertirlo en metanol usando temperaturas mucho más bajas y de una manera más simple.
Con la estructura más simple de todos los alcoholes, el metanol se puede usar directamente como un combustible limpio para motores de combustión interna apropiadamente modificados, así como en pilas de combustible. También es un material muy útil para la producción de otros productos químicos tales como plásticos, explosivos y pinturas además de la transformación en ácido acético y una gama de solventes, anticongelantes y otros agentes.
Para producir metanol a partir de CO2 del aire, los investigadores de la USC lo que hacen es burbujear aire capturado a través de una solución acuosa de pentaetilenhexamina (PEHA), un compuesto orgánico amoniaco derivado de forma química a partir de alcoholes. A continuación, añade un catalizador a partir de rutenio (un miembro del grupo de platino) para promover la unión de hidrógeno al CO2 cuando la mezcla sea objeto de alta presión.
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