En un informe publicado a escasas fechas de que dé inicio la cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21 en París, la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) ha dicho que el mix energético mundial requerirá una cuota de energías renovables del 36% para lograr que el cambio climático no exceda de los 2º C. Eso significaría duplicar el nivel del 18% que las energías limpias habían alcanzado en 2010, lo que requeriría, inicialmente, incrementar la cifra de 270.000 millones de dólares invertidos en 2014 hasta 500.000 millones al año para el 2020. A partir de esa fecha, de acuerdo con el informe presentado por IRENA, sería necesario aumentar la inversión hasta 2030 a razón de 900.000 millones de dólares al año. "El sector energético representa más de dos tercios de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que debe ser el foco de la acción por el clima", dijo Adnan Z. Amin, director general de IRENA. "La transición rápida hacia un futuro alimentado por energías renovables, acompañada de un aumento de la eficiencia energética, es la forma más eficaz para limitar el aumento de la temperatura global. Esta transición está en marcha, pero debe acelerarse si queremos limitar el aumento de la temperatura global a dos grados centígrados ". De acuerdo con los proyectos que se prevén que se van a poner en marcha hasta 2020, IRENA anticipa que la energía solar debería seguir atrayendo más inversión, moviéndose en torno a los 143.000 millones de dólares anuales. Durante ese mismo período, IRENA predice que la mayor proporción de inversión global en energía renovable será en Asia –alrededor de 178.000 millones de dólares-, seguida por la Unión Europea -77.000 millones de dólares- y América del Norte y el Caribe -55.000 millones-. El aumento más rápido de la inversión en energías renovables se llevaría a cabo en el sur del Sahara y Oriente Medio / África del Norte, donde es necesario multiplicar por seis y tres veces, respectivamente, los aumentos de inversión, en comparación a los niveles de esta en 2014. Pero en las proyecciones de IRENA, se espera que la inversión en energías renovables permanezca igual en el futuro. Es decir, que previsiblemente se abrirá una creciente brecha entre la inversión que se necesita y la que, previsiblemente, se realizará en un futuro próximo. Para cerrar la brecha, IRENA recomienda financiación pública sostenida en torno al 15% para continuar estimulando la demanda. Pero la mayor parte de la financiación tendrá que provenir de fuentes privadas – unos 133.000 millones al año hasta el 2020, de acuerdo con IRENA-, exigiendo una estrategia que haga efectiva la necesaria mitigación de los riesgos y las herramientas de financiación estructurada para alentar la inversión privada. Un amplio acuerdo en París ayudaría a dar al sector privado la señal correcta necesaria para realizar las inversiones necesarias. "El importante cambio de las energías renovables como negocio ha convertido la transición energética en algo inevitable", dijo Amin. "Ahora no es una cuestión de si el mundo camina hacia una transición definitiva hacia un futuro de energía renovable, sino de si quiere hacerlo rápidamente y de manera suficiente. En las próximas negociaciones sobre el clima en París, le corresponderá a los países adquirir unos compromisos fuertes y, a su vez, dar una señal política fuerte para catalizar más inversiones en energías renovables".
No hay comentarios
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios