Eslovenia y Croacia han confirmado que extenderán hasta el año 2043 el funcionamiento de la central nuclear de Krsko, a pesar de protestas por parte de organizaciones ecologistas, informan medios locales.
"La central ha demostrado que funciona con buena seguridad operacional y resultados económicos", comentó el ministro de Infraestructura esloveno, Peter Gaspercic, después de conversar ayer con su colega croata de Economía, Ivan Vrdoljak, informa hoy la radiotelevisión eslovena Rtvslo.
Krsko está situada en Eslovenia, a 40 kilómetros de la frontera con Croacia, y empezó a funcionar en 1984, cuando los dos países, hoy copropietarios, formaban parte de la antigua Yugoslavia.
Actualmente aporta el 25% de la electricidad que consume Eslovenia y el 15% de la de Croacia.
En 2009 comenzó un procedimiento para estudiar la prolongación del funcionamiento de la planta más allá de la fecha inicial de cierre de 2023.
Las organizaciones "Acción verde" y "Foro verde" han protestado, mientras que Greenpeace advirtió de que la prolongación representa un peligro, sobre todo en caso de un gran terremoto.
En 2008 se produjo una fuga de refrigerante que provocó la emisión de una alerta a nivel europeo, aunque las autoridades aseguraron que no hubo ninguna emisión radiactiva hacia el exterior o hacia los empleados de la central ni impacto sobre el medio ambiente.
Hace dos años, durante una revisión general se detectó un problema con las barras de uranio que alimentan el reactor nuclear aunque, de nuevo, las autoridades aseguraron que no hubo efectos para el medio ambiente ni para los trabajadores.
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