La dependencia del gas ruso supera el 50 % en catorce países europeos y es uno de los principales proveedores de este combustible para más de una veintena, un suministro que está en entredicho debido a la amenaza de Moscú de que podría cortarlo a todo aquel país que no pague sus facturas en rublos.
Según los datos recogidos por la Agencia Europea para la Cooperación de Reguladores de Energía (ACER), correspondientes en su mayor parte al cierre del ejercicio 2020, Bosnia-Herzegovina, Macedonia del Norte y Moldavia lideran la estadística con una dependencia del 100 %.
Por encima del 90 % se sitúan tanto Finlandia como Georgia y Letonia, y con porcentajes superiores al 70 % están Estonia, Bulgaria y Eslovaquia.
Por detrás se sitúan Croacia (68 %), República Checa (66 %), Austria (64 %) y Grecia (51 %); al grupo se suma Alemania, cuyas cifras más actualizadas apuntan a un peso del gas ruso en sus importaciones totales del 55 %.
En su plan "Repower UE", publicado poco después de que comenzara la invasión de Ucrania y dirigido a acelerar la transición hacia una energía limpia que a su vez reduzca la dependencia, la Comisión Europea reveló que el 45,3 % del gas natural que consumen los países miembros procedía de Rusia en 2021, seguida a notable distancia por Noruega (23,6 %) y Argelia (12,6 %).
En torno a la media se sitúa Italia, que adquiere cerca de un 46 % del gas que consume a Moscú, por delante de Lituania (41 %), Polonia (40 %), Eslovenia (40 %), Hungría (40 %), Francia (24 %), Países Bajos (11 %) y **Rumanía (**10 %).
Para el resto de países Rusia no figura entre sus tres principales suministradores de gas, de acuerdo con las estadísticas de ACER; es el caso por ejemplo de España, que adquiere mayor cantidad a países como Argelia, Estados Unidos y Nigeria.
El Kremlin ha advertido este miércoles -tras el corte de suministros de gas ruso a Polonia y Bulgaria-de que los suministros de gas serán interrumpidos también para otros países si estos no aceptan el nuevo mecanismo de pago en rublos.
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28/04/2022