La accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi sufrió un corte eléctrico que detuvo el vertido al mar del agua contaminada y tratada, coincidiendo con la presencia allí del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que está inspeccionando de nuevo el proceso de depuración.
El suministro de energía en las instalaciones se detuvo a las 10.43 hora local (1.43 GMT), informó en un comunicado la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), y como consecuencia también lo hicieron el proceso de filtrado del Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS, por sus siglas en inglés) y el del vertido, que se encuentra en su quinta tanda de descarga.
La situación en Fukushima
La operadora ha informado que no ha detectado anomalías en los niveles de radiación y está investigando la causa del incidente.
La energía consiguió restablecerse en torno a las 11.30 (2.30 GMT) y a mediodía se confirmó que no se había producido ninguna anomalía en las instalaciones de dilución y descarga del vertido, destacó la empresa en un comunicado posterior.
Tras la interrupción eléctrica, un trabajador que se encontraba llevando a cabo tareas de excavación en el exterior de la central resultó herido, teniendo que ser trasladado al hospital. El hombre estaba consciente y no se detectó contaminación en su cuerpo.
Una inspección del lugar del accidente reveló que el empleado estaba cerca de un cable de circuito eléctrico del sistema de energía que sufrió el apagón, por lo que TEPCO presupone que el trabajador dañó el cable durante los trabajos de excavación y está actualmente tratando de esclarecer los detalles de este episodio.
El incidente se produce tras la llegada el martes a Japón de una delegación del OIEA encabezada por el director de la Oficina de Coordinación de la Seguridad Tecnológica y Física del organismo, Gustavo Caruso, que este miércoles tenía previsto llevar a cabo la segunda inspección 'in situ' del proceso de depuración y vertido del agua contaminada que se acumula en la planta.
Los representantes del OIEA mantuvieron el martes reuniones con altos funcionarios del ministerio de Exteriores, así como de TEPCO, y Caruso destacó que el proceso emprendido por Japón y supervisado por el organismo "es un enfoque independiente, objetivo y basado en la ciencia que ayudará a construir la confianza de la población de Japón y del exterior".
TEPCO está vertiendo al Pacífico más de 1,32 millones de toneladas de agua contaminada de radioisótopos, tras ser procesada para retirarle la mayoría de esos materiales altamente radiactivos y diluida en agua marina, un proceso que se prolongará varias décadas.
El OIEA viene supervisando todo el proceso de desmantelamiento de la central de Fukushima, y ahora los preparativos para el vertido y las descargas en sí.
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