El informe de la Comisión de Expertos ya ha provocado las primeras reacciones dentro del sector renovable. Pero no ha sido ni muy aplaudido ni muy criticado. Y es que, aunque dice que en el largo plazo, "el mix energético estará dominado por las energías renovables" y "especialmente por la fotovoltaica", no ha terminado de gustar que los expertos consideren que "el cumplimiento del objetivo de penetración del 27% de energías renovables sobre la demanda energética final en 2030 parece más complicado de alcanzar, a la vista de los resultados obtenidos".
"El informe nos parece positivo porque sitúa a la fotovoltaica en el centro de la transformación energética", señala José Donoso, director general de UNEF, "y es que ya se ha demostrado que es una tecnología flexible que se adapta a diferentes circunstancias y competitiva, por lo que esperamos que se escuchen estas conclusiones y se eliminen las barreras que existen para las grandes plantas y también para el autoconsumo". Sin embargo, "sorprende que ni siquiera consideren posible alcanzar el objetivo europeo de renovables del 27% cuando incluso en Europa se está negociando aumentar hasta el 30% o incluso más".
En el análisis de los escenarios se ha simulado la introducción extrema de renovables, que contaría con una potencia de 47.500 MW para la eólica y 77.000 MW para la fotovoltaica. "Esto supone que si ya hay solicitados más de 23 GW, quedarían todavía por instalar unos 48 GW en los próximos diez años, unos 4.800 MW anuales", añade Donoso, "pero si se mantiene el sistema marginalista actual, se provocará un efecto caníbal que redundará en una mayor dificultad en la financiación de nuevos proyectos, por lo que la clave del crecimiento de las renovables es la reforma del sistema de mercado. Sin modificar el modelo de mercado se va a dificultar la penetración de las renovables, y de eso no se habla en el informe".
"Lo más positivo del informe es el tratamiento fiscal bajo el principio de quien contamina paga", explica José María González Moya, director general de APPA, "también es positivo que se vea un futuro predominantemente renovable, aunque algunos escenarios están por debajo de los planteamientos europeos. Sin embargo, echamos en falta una visión estratégica, porque se ha basado demasiado en el coste y nos gustaría que se hablara también del valor. No solo hay que pensar en la fotovoltaica y en la eólica, hay otras tecnologías que son necesarias".
En su opinión, "en potencia eólica se han quedado un poco cortos en los objetivos, solo haría falta instalar unos 4 GW para alcanzar el objetivo pero no han pensado que tenemos una industria eólica que podría hacer más. Ocurre algo parecido con la biomasa, que no está contemplada en el escenario DG (Generación Distribuida) y hay que tener en cuenta su valor, al igual que los biocombustibles, que los dejan de lado creyendo que hay mejores inversiones, pero si éstas ya están hechas habría que aprovecharlas. España tiene recursos renovables suficientes y habría que hacer uso de todos ellos".
Por último, González Moya destaca la ausencia de mención del "I+D+i del sector, no hay ningún tratamiento en el informe, y las investigaciones en nuevas tecnologías, por ejemplo, marinas, darían una capacidad industrial y un valor enorme a nuestro país".
"El informe es bastante poco ambicioso y desgraciadamente se ha perdido una oportunidad para serlo", coincide Juan Castro-Gil, secretario de Anpier, "además es una evidencia tan grande que el futuro es renovable, y especialmente fotovoltaico, que hasta sorprende que haya sido necesaria la creación de una Comisión de Expertos para demostrar que esto sea así, supongo que había que hacerlo para que lo escuchara el ministro". Y si la fotovoltaica va a dominar el mix energético "no es solo porque su producción sea la más barata sino por la capacidad de modularidad que tiene, un hecho tan comprobado que tampoco hace necesaria la figura de una Comisión de Expertos".
La Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar), por su parte, coincide con el responsable de APPA y señala que la Comisión de Expertos no ha valorado en su justa medida el papel que estas instalaciones pueden jugar en la descarbonización de la economía.
Luis Crespo, presidente de la asociación, señala que un escenario con 80.000 MW de tecnologías renovables no gestionables en 2030 "resultará inviable" desde el punto de vista de plan de negocio de las inversiones en dichas tecnologías e inducirá a un elevado volumen de vertidos y a unos costes muy elevados de los ciclos combinados en los mercados de ajuste por el reducido número de horas a los que se verán abocados los 25.000 MW mantenidos hasta 2030. "No entendemos como una oportunidad como ésta, con centrales con almacenamiento y entre 3.500 y 4.000 horas de operación anuales, les puede pasar desapercibida a los expertos", ha dicho, y por eso propone una planificación basada no en el coste de generación, sino en el valor para el sistema tendría como resultado óptimo un porcentaje de termosolar en el mix eléctrico en torno al 20% para 2030.
En definitiva, como resume Sergio de Otto, patrono de la Fundación Renovables, "hay poca ambición en los objetivos sobre renovables planteados en el informe y no hace suficiente hincapié en la gestión de la demanda, pero como positivo destacamos la propuesta de la fiscalidad para conseguir, entre otras, una reducción del consumo de gasóleo".
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