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Dos empresas 'semiquebradas' ponen en jaque a la industria solar en EEUU

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La Comisión de Comercio Internacional (ITC) estadounidense ha fallado a favor de los fabricantes de paneles solares Suniva y SolarWorld por cuatro votos a favor y ninguno en contra por creer demostrado que la importación de módulos y paneles solares baratos ha dañado a los fabricantes nacionales de paneles.

La comisión tiene ahora hasta noviembre para enviar sus recomendaciones sobre las medidas a tomar al presidente Trump, quien será responsable de establecer un arancel sobre materiales solares importados o encontrar algún otro remedio. Teniendo en cuenta las promesas de Trump de reforzar a la industria estadounidense, es probable que favorezca las restricciones a las importaciones de paneles solares.

El caso es único, ya que ha causado una grieta considerable en la industria solar, con los fabricantes en un lado y los instaladores en el otro. Los instaladores lucharon contra la oferta de Suniva por los aranceles, diciendo que los paneles importados baratos han sido el principal impulsor del reciente auge de la industria solar. Otros instaladores solares han afirmado que los problemas financieros de Suniva eran el resultado de una mala gestión y de unos productos de baja calidad, no de las importaciones extranjeras.

Suniva se declaró en quiebra a principios de 2017, justo antes de presentar una solicitud a la ITC para obtener la imposición de aranceles a la importación de paneles y módulos. Posteriormente, se unió a SolarWorld Americas en su petición. Las dos compañías solicitaron un derecho de 40 centavos por vatio sobre las células importadas y un precio mínimo de 78 centavos por vatio para los módulos importados".

Si la comisión aprueba la solicitud, podría destruir 88.000 empleos en instalaciones, ventas y construcción, según estimaciones de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA). Los números de GTM Research son igualmente sombríos, ya que en su opinión daría al traste con decenas de gigavatios de instalaciones solares.

En sus argumentaciones, ambas partes han presentado números para reflejar el impacto de los aranceles sobre las importaciones de energía solar. Un reciente censo de empleos de la Fundación Solar encontró que, en 2016, había 260.077 empleos solares, incluyendo 38.121 empleos en la industria manufacturera. La asociación solar Solar Energy Industries of America (SEIA) dice que las tarifas solicitadas por Suniva podrían hacer desaparecer 88.000 empleos de la industria. Los fabricantes de energía solar, por su parte, han estimado que la protección contra las importaciones les permitiría contratar a casi 115.000 personas, una cifra que SEIA ha tildado de “absurda".

En una declaración, la presidente de la Fundación Solar, Andrea Luecke, dijo: "Esta decisión trae aún más incertidumbre a una industria que ha creado valor real para los Estados Unidos", agregando que el reciente censo de empleos de la fundación se “ha hecho posible gracias a la reducción de los costes de las instalaciones”.

El tema se complica por el hecho de que ni Suniva ni SolarWorld Americas son de propiedad estadounidense. Suniva es propiedad en un 63% de una empresa china que, además, según algunos informes, había estado haciendo la mayor parte de la producción en el extranjero. SolarWorld Americas, por otra parte, es propiedad de una empresa alemana.

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