Ningún comentario
Jorge Díaz Cardiel.
Jorge Díaz Cardiel.

“Pues sí que son rápidos los americanos”, me respondió un amigo al explicarle cómo tanto el presidente Trump en 2020, como Joe Biden en 2021, movilizaron 9 trillones de dólares para reactivar la economía y el empleo y, con enorme rapidez, hicieron llegar el dinero a familias y pymes. La respuesta fue inmediata: entre mayo y diciembre de 2020 se crearon 8,5 millones de empleos y, en 2021, ya van otros tres millones más. La tasa de paro, en el 15,7% en mayo del año pasado, hoy está en el 5,8% y es previsible que, en 2022, Estados Unidos vuelva al pleno empleo, como en febrero de 2020, con Trump.

La respuesta de mi amigo, economista con experiencia, muestra una actitud y un comportamiento propios de la psicología norteamericanas: son prácticos; son consumistas y le dan a la economía la máxima importancia, como una gran mayoría al patriotismo y la religión. El motivo por el que los presidentes Trump y Biden han entregado dinero directamente a las cuentas bancarias de los ciudadanos es que, la experiencia económica de América en los últimos cien años, dice que, cuando la gente tiene dinero en el bolsillo, tarda segundos en gastarlo: en Internet, en Amazon, en Shopify, en el centro comercial, en el “mall”, en Macy’s, Nordstrom o Saks; en Walmart, Tesco, Cost-Co, Best-Buy, Hèrmes, Dior, Chanel o en la tienda de la esquina: el consumo impulsa la producción y se genera el círculo virtuoso de la economía. Y, cuanto antes, mejor.

En cambio, en Europa, las cosas son muy distintas y, sin querer entrar en detalles, llevamos año y medio esperando el “plan Marshall europeo”. Nos tenían que llegar 140.000 millones de euros para digitalización y transición energética, pero parece que este año habrá que conformarse con 9.000, si es que llegan (dicen los medios).

Mientras Europa va a su ritmo y la economía sigue en recesión y la tasa de paro dobla la americana, EEUU navega a toda marcha. Este año, al menos, crecerá 7% en PIB, recuperando los niveles previos a la pandemia, este año 2021. España, en el mejor de los casos, hará lo mismo en el segundo semestre de 2023.

Es hora de mirar a América. Y me refiero a España. Las inversiones públicas de la Administración Biden, van más allá de las fronteras estadounidenses. Hablamos de 6 trillones de dólares o seis veces el PIB español. Y hay áreas en que la empresa española puede aportar y, también, recibir. Hay sectores de actividad donde parece que los programas de estímulo han sido hechos a la medida de la empresa española. Por ejemplo, el impulso a las infraestructuras físicas (puentes, carreteras, etc), donde el gobierno invierte 1,7 billones de dólares y empresas españolas como Ferrovial, Abertis, ACS, Sacyr y FCC, entre otras, ya tienen contratos y muchos más que pueden tener. Es una oportunidad de oro.

Igualmente, las infraestructuras de telecomunicaciones, donde América tiene un gran jugador, American Tower y el legislador americano exige más competencia. Tan solo una multinacional española puede hacerlo, Cellnex Telecom, líder europeo en la gestión de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas y en prácticas ESG (cuidado del medio ambiente, responsabilidad social y buen gobierno corporativo), por las que los grandes inversores se mueven desde hace años en EEUU.

Estados Unidos es tierra de oportunidad para la empresa española. Y el sector estrella es el energético. El Gobierno ha aprobado el Programa de Transición Energética y Lucha contra el Cambio Climático “por importe de 1,1 billones de dólares”. El objetivo es sustituir las energías fósiles como el petróleo, por las renovables. Cuatro empresas españolas están bien posicionadas para conseguir negocio allí: Iberdrola, Naturgy, Acciona Energía y Repsol. El tamaño es importante, al igual que disponer de tecnologías innovadoras y músculo para acometer grandes proyectos que duran años.

Esas empresas españolas energéticas no parten de cero en Estados Unidos, porque han adquirido presencia directa allí, en los últimos años. Evidentemente, la experiencia y el arraigo local son muy importantes. Los norteamericanos lo aprecian mucho. Al igual que los fuertes vínculos con Hispanoamérica y Brasil, que Iberdrola, Naturgy, Acciona y Repsol tienen hace décadas.

Es cuestión de aprovechar la oportunidad: cuando los Conquistadores buscaron la ciudad de oro El Dorado, fueron a tontas y a locas, en el siglo XVI. Evidentemente, en 2021, El Dorado son los muchos programas de transición energética -dotados ya de presupuesto-, a los que nuestras empresas pueden acceder vía concurso público.

Es “volver a hacer las Américas”, pero no a conquistar ni a deambular buscando a ver qué pasa. Los proyectos de la Administración norteamericana, tanto en construcción y digitalización, como en energías renovables, estarán preparados más pronto que tarde.

Es hora que los españoles también veamos América, Estados Unidos, como una tierra de oportunidad. Para hacer negocios y triunfar.

Jorge Díaz Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants. Ha trabajado más de 30 años en multinacionales norteamericanas y publicado 25 libros. Es biógrafo de Barack Obama y Donald Trump. Acaba de publicar su vigésimo quinta obra: “El New Deal de Biden-Harris. Política económica para el siglo XXI y el liderazgo de EEUU”.

Noticias relacionadas

No hay comentarios

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios