Egipto ha ampliado las restricciones al uso de la energía eléctrica que aplica desde el pasado julio y alargó los cortes de suministro hasta 90 minutos diarios, en medio de una crisis energética, ambiental, económica y política que ha empeorado por el corte de suministro de gas natural israelí al país árabe debido a la guerra en Gaza.
Según informan medios locales, el gobierno reconoció esta situación tras varios días en que los usuarios reportaron un incremento en la duración de los cortes de luz que sufre la población desde hace meses y que han puesto en evidencia la complicada situación energética del país.
El portavoz del Consejo de Ministros, Sameh al Jashin, indicó en declaraciones recogidas por la página de Facebook del Gobierno egipcio que los cortes de energía se deben "al notable aumento de las temperaturas" respecto al mismo período del año anterior.
Egipto e Israel
Esa situación ha generado un mayor consumo energético -el país depende muchísimo del uso de aire acondicionado- en un contexto donde las fuentes de energía renovables "han tenido una disminución de la potencia generada".
A su vez, eso ha generado un aumento del consumo de gas en cantidades que exceden "las de consumo normal".
"Y este aumento del consumo de electricidad generada con gas coincidió con una disminución de las cantidades de gas suministradas desde fuera de Egipto, que pasaron de unos 800 millones de pies cúbicos de gas diarios a cero", dijo Al Jashin.
El gas israelí
Sin mencionarlo directamente, Al Jashin se refirió así a los efectos para la seguridad energética egipcia que ha tenido la decisión israelí de ordenar a la empresa Chevron el cierre de su segundo mayor campo de gas natural, Tamar, ubicado en aguas del Mediterráneo, apenas comenzó la violencia en Gaza el pasado 7 de octubre.
Eso implicó la suspensión de todas las exportaciones de gas israelí a Egipto.
Pese a los esfuerzos de Egipto, que cuenta con reservas de gas natural e infraestructuras para su distribución global, para convertirse en un exportador neto de energía, sus ventas al exterior han declinado e incluso se han detenido debido a una caída en la producción y al exceso de demanda interna, que ha sido acuciante desde el inicio del verano.
En julio, el gobierno egipcio ordenó que se realizaran cortes eléctricos de una hora diarios en la mayor parte del país para "reducir la presión sobre la infraestructura eléctrica del país debido al aumento de la demanda".
Hace apenas un año, Egipto albergaba esperanzas de aprovechar los altos precios del gas para beneficiarse de su capacidad exportadora y lanzó un programa para restringir el alumbrado callejero, la iluminación de estadios y oficinas públicas y el uso de aire acondicionado en centros comerciales, para reducir el consumo de electricidad y obtener así excedentes de gas natural para exportar a Europa.
Esa medida fue calificada como "desesperada" por varios analistas, un fruto de la crisis económica que asola el país desde hace años y que está marcada por una carencia de divisa extranjera.
En ese momento, cálculos realizado por el portal de información económica Enterprise apuntaban a que Egipto podría obtener unos 450 millones de dólares extra mensuales con la venta del excedente de gas.
Sin embargo, a día de hoy las restricciones aumentan y las exportaciones no se están produciendo.
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