Las nueve principales compañías eléctricas niponas gastaron en 2014 un total de 1.400 billones de yenes (10.080 millones de euros) en el mantenimiento de sus reactores nucleares que se encontraban desactivados, según sus resultados anuales publicados hoy.
Estos datos reflejan el impacto sobre sus cuentas del apagón nuclear en Japón a raíz de la catástrofe de Fukushima de 2011, y que ha repercutido en el precio de la electricidad en el país, que se ha encarecido entre un 25% y un 40% para hogares y empresas desde el citado año.
El mayor coste de este tipo en el pasado ejercicio lo registró Tokyo Electric Power (TEPCO), propietaria de la accidentada central de Fukushima Daiichi, que gastó 548.600 millones de yenes (3.950 millones de euros) en el mantenimiento del complejo atómico Fukushima Daiichi, situado a unos 10 kilómetros del sur de la planta dañada.
Esta cantidad también incluye el mantenimiento de la central Kashiwazaki-Kariwa, la mayor planta del mundo, ubicada en Niigata (noroeste) y que TEPCO aspira a reactivar próximamente, según los resultados publicados por la eléctrica nipona y recogidos por la agencia local Kyodo.
Por su parte, Kyushu Electric Power invirtió 136.300 millones de yenes (980 millones de euros) en el mantenimiento de sus reactores, entre ellos el número 1 de la planta de Sendai (suroeste), que fue reactivado el pasado martes.
Esta central se convirtió así en la primera que vuelve a operar en Japón tras un apagón nuclear de dos años, en el marco de los nuevos patrones de seguridad aprobados exigidos por la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA).
De los 43 reactores en condiciones operativas que posee actualmente el país, 25 unidades de 15 centrales distintas han solicitado ya una supervisión de la NRA para su futura reactivación.
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