Bolivia tiene una de las mayores reservas del mundo de litio, un 25% de las reservas conocidas, y el litio es el mineral que se usa para hacer las baterías de los coches eléctricos y que está llamado a ser el ‘petróleo’ del futuro. Hay quien apunta a que ésa podría ser una de las causas por las que el país vive un grave conflicto político y social e incluso podría enfrentarse a una guerra civil al estar dividido entre los seguidores del ex presidente Evo Morales y los del gobierno interino.
Hace dos semanas, Morales anuló el decreto por el que permitía al acuerdo firmado con la empresa alemana ACI Systems (Acisa) explotar el litio del salar de Uyuni, donde están sus mayores reservas del mineral. Esa decisión era consecuencia de las presiones de una huelga regional que llevaba más de un mes liderada por el Comité Cívico de Potosí en la que pedían que se le diera más beneficios a la población por su explotación.
El acuerdo con los alemanes incluía invertir hasta 1.300 millones de dólares en el proyecto, producir hasta 40.000 toneladas anuales de litio durante los próximos 70 años (iba a ser efectivo en 2022), y crear hasta 10.000 trabajos locales directos e indirectos. Además, culminaría con la producción local de baterías de ion litio para automóviles. En este negocio las comunidades bolivianas recibirían un 3%, lo que consideraban muy escaso, mucho menos de lo que estaban recibiendo en otras zonas de explotación de litio en Argentina y Chile.
Este diario contó en diciembre del año pasado que los presidentes de estatal Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB), Carlos Montenegro, y de ACI Systems, Wolfgang Schmutz, sellaron el acuerdo. YLB poseería el 51% de la sociedad conjunta y ACI Systems el 49% y se esperaba que quedara constituida formalmente a partir de finales de este año.
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Pero se han precipitado los acontecimientos y, aunque Evo Morales intentó una renegociación con la compañía alemana para que dejara más beneficios a la población del área e incluso se aventuró a una posible nacionalización de la industria de extracción de litio, ahora no se sabe qué va a pasar.
Estos cambios han dejado en jaque mate a ACI Systems, que provee, entre otros, a la compañía Tesla Motors y sin este acuerdo tendrá que ir a buscar el litio en otro lado. Casualmente, Tesla acaba de anunciar que va a construir su gigafactoría en Berlín, donde fabricará el Model Y pero también baterías para sus coches.
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Los alemanes no son los únicos interesados en las minas de litio de Bolivia. Hace nueve meses el gobierno de Evo Morales eligió un consorcio chino para ser su socio estratégico en nuevos proyectos de litio de 2.300 millones, lo que le daba a China un punto de apoyo potencial en las enormes reservas sin explotar del país del preciado metal de batería eléctrica. No es la única. Otras empresas chinas también han firmado acuerdos para explotar el preciado mineral de otros de sus salares.
China, el mayor consumidor mundial de litio, necesitará 800.000 toneladas de metal por año para 2025 para apoyar su floreciente industria de automóviles eléctricos, dijo en su momento el embajador de China en Bolivia, Liang Yu.
Y además, el gigante asiático controla la extracción de otro de los componentes clave de las baterías de iones, el cobalto mineral, cuyos principales yacimientos se encuentran en África.
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El ex presidente de Uruguay José Mújica ha defendido la posible relación entre el litio y la caída de Morales, según publica el diario latinoamericano Urgente24horas, diciendo que detrás de la quiebra del Estado de derecho en Bolivia podría encontrarse el interés por el litio. “Bolivia es muy rica, se dice que tiene el 70% del material imprescindible para hacer las nuevas baterías. Todos sabemos que en el mundo hay un cambio energético. No estoy acusando, porque no tengo pruebas, estoy desconfiando, por la historia”, ha dicho.
Alemania y China no son los únicos interesados en explotar el litio. El almacenamiento y las baterías de litio tienen un papel clave en los mercados de energía y quien lo controle, podría liderar el futuro del sector. Hay muchos intereses en juego y habrá que esperar cuál es el desenlace final a la grave crisis que está viviendo Bolivia. De momento, lo que es seguro es que Morales reconoció que hizo trampas en las elecciones presidenciales y ha tenido que huir del país. Se encuentra en México y desde allí alienta a sus seguidores en el grave polvorín que se ha convertido Bolivia.
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18/11/2019