El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves la reforma fiscal para establecer el impuesto a la banca y un nuevo tributo mínimo global del 15% a las empresas multinacionales.
Al final, la ley ha contado con el apoyo de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos, BNG y Coalición Canaria; mientras que PP, Vox y UPN han votado en contra. El exministro socialista José Luis Ábalos, ahora integrado en el Grupo Mixto, no ha acudido a las votaciones.
Tras una comisión que el lunes se prolongó durante más de siete horas y días de intensas negociaciones con la duda hasta última hora de si la reforma iba a salir adelante por la amenaza de Podemos de tumbarla, el Gobierno finalmente ha conseguido amarrar los votos necesarios con las promesas de hacer permanente el impuesto a las energéticas en una futura ley o, en el peor de los casos, prorrogando el actual gravamen por decreto ley.
La reforma fiscal y el lío con el impuesto a las energéticas
De momento son promesas porque primero acordó con Junts dejar caer el gravamen de las energéticas el 31 de diciembre, después prometió a ERC, Bildu y BNG aprobar un decreto para prorrogarlo y este jueves se ha comprometido con Podemos a crear un impuesto mediante una futura proposición de ley, que si se no se pacta antes del 31 de diciembre se recurriría a la vía del decreto.
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