El Consejo Mundial de la Energía ha alertado en Estambul de que la demanda energética per cápita del planeta alcanzará su nivel máximo antes de 2030, para decaer luego debido a la innovación tecnológica y un moderado crecimiento económico, así como las políticas energéticas de los gobiernos.
"Está claro que estamos llevando a cabo una gran transición que creará un mundo fundamentalmente nuevo para la industria de la energía", destacó Gerald Davis, miembro del Consejo, al presentar un nuevo estudio en el XXIII Congreso Mundial de la Energía.
"Históricamente se ha hablado del pico del petróleo", a partir del que se reduciría la producción debido a la falta de reservas, pero ahora se empieza a "considerar las implicaciones de un pico de la demanda", añadió.
Davis presentó tres posibles escenarios diferentes, aunque en todos se prevé un cambio del modelo de consumo de energía, con una duplicación de la demanda de electricidad hasta 2060, pero con una reducción fuerte de los combustibles fósiles.
Los cálculos apuntan a que las energías solar y eólica son las que más crecerán y llegarán a suponer entre el 20 y el 39% de la generación de electricidad, desde el cerca del 4% actual.
Jazz Moderno
La primera visión, que Davis llama "Jazz moderno", prevé un mundo que evoluciona "de manera responsable con un amplio panorama de innovaciones tecnológicas", donde los combustibles fósiles representarían sólo un 63% en 2060, cuando actualmente están en el 81%.
Sinfonía inacabada
En otra opción, llamada "Sinfonía inacabada", "el mundo se une para llegar a acuerdos impuestos desde arriba", adelantó Davis en su discurso. "Los gobiernos acordarían acciones a largo plazo y mantendrían políticas" que reducirían el sector fósil a apenas un 50% de la canasta de energías primarias dentro de 45 años. Sería un cambio enorme, teniendo en cuenta que el sector fósil sólo se redujo en un 5% en los últimos 45 años.
Hard Rock
Finalmente, en la visión "Hard Rock", el desarrollo energético sigue las realidades políticas de cada país, con menos acuerdos y menos innovación, por lo que los fósiles se mantendrían en un 70% y un crecimiento económico influido por planificación a corto plazo.
No obstante, en los tres escenarios el petróleo "continuará teniendo un papel importante en el sector del transporte", con una participación de cerca del 60%, al tiempo que el consumo de gas seguirá aumentando de forma sostenida.
También coinciden en ver una caída considerable en las inversiones en carbón en los próximos 30 o 40 años.
La capacidad de las empresas para adaptarse a los cambios previstos definirán quién gana y quién pierde en las próximas décadas, subrayó Marie-José Nadeau, presidenta del Consejo Mundial de Energía.
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