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El desmantelamiento de Garoña será una experiencia pionera, según Ecologistas

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El físico nuclear y portavoz de Ecologistas en Acción para temas nucleares Francisco Castejón, ha asegurado que el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, cercana a Vitoria, será una experiencia pionera en España que no tiene nada que ver con la de las dos centrales que han cerrado y se están desmantelando.

En declaraciones a Efe, Castejón ha explicado que en este momento se acomete el desmantelamiento de Zorita (Guadalajara), que es una central de agua a presión, y el de Vandellós I, refrigerada por gas, pero técnicamente no tienen nada que ver con la central de Garoña, que funciona por agua en ebullición.

En su opinión, esta circunstancia hace prácticamente imposible saber el tiempo que se empleará en el desmantelamiento, que duda que baje de los quince años, y el coste de esa operación, aunque el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, haya adelantado que Enresa (Empresa Nacional de Residuos) cuenta inicialmente con un presupuesto de 480 millones de euros para estos trabajos.

Castejón ha recordado que mientras en el caso de Zorita, tres veces más pequeña que Garoña, se está cumpliendo la previsión presupuestaria de unos 170 millones de euros, en Vandellós I el coste de desmantelamiento ha roto las previsiones y supone prácticamente la misma cuantía que supuso la construcción de la planta nuclear.

El sistema de funcionamiento de Garoña hace que se pueda encarecer el proceso de desmantelamiento porque el agua del circuito primario de la central llega a tuberías, condensadores y turbinas, que se deben tratar como residuos nucleares, con la complejidad que conlleva.

El físico nuclear ha recordado también que Garoña empezó a funcionar en 1971 y el Consejo de Seguridad Nuclear no se creó hasta nueve años después, por lo que "no es descartable que en esos años hubiera alguna incidencia que no se comunicara y ahora tenga consecuencias que encarezcan en desmantelamiento".

Los residuos de alta actividad de Garoña quedarán en un Almacén Temporal Individual en la zona de la propia instalación, mientras los de media y baja actividad serán llevados por Enresa al cementerio de El Cabril (Córdoba), que se encuentra al 82 por ciento de su capacidad.

Aunque ha considerado que tiene todavía espacio suficiente para los residuos de Garoña, Castejón ha advertido de que Enresa tendrá que plantearse la ampliación o la construcción de un nuevo cementerio de residuos porque es previsible que en los próximos años cierren más plantas nucleares en España y ya no habría capacidad de almacenamiento.

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