A mediados de junio se detectaron en la zona del Báltico niveles anormales pero inofensivos para las personas y el medio ambiente de isótopos radiactivos de origen artificial: Co-60, Ru-103, Cs-134 y Cs-137. Algunos de ellos solo se trabajan en centrales nucleares por lo que se suponía que este escape radiactivo procedía de alguna planta de energía en el Viejo Continente.
Pero tres semanas después nadie se hace cargo de esta nube radiactiva. Más de 40 países han notificado a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) que de sus centrales no proceden estos isótopos radiactivos. La mayoría de ellos dijeron que no habían observado ningún aumento en los niveles de radiactividad.
Estonia, Finlandia y Suecia midieron hace un par de semanas las concentraciones de radioisótopos en sus territorios de unos pocos micro-bequerelios (Bq) por metro cúbico de aire. Estos niveles muy bajos de radiactividad informados al OIEA no representan ningún riesgo para la salud humana o el medio ambiente. Los tres países dijeron que no hubo eventos en sus territorios que pudieran haber causado las concentraciones observadas en el aire de Ru-103, Cs-134 y Cs-137.
Tratando de ayudar a identificar su posible origen, el OIEA contactó con sus homólogos en Europa y solicitó información sobre si estos radioisótopos se detectaron en sus países y, en cualquier caso, puede haber estado asociado con la liberación a la atmósfera.
La semana pasada, un total de 37 Estados miembros en la región europea (Albania, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, República de Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría , Islandia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Macedonia del Norte, Noruega, Polonia, Portugal, Rumania, Federación de Rusia, República de Serbia, República Eslovaca, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania y Reino Unido ) informaron voluntariamente al OIEA que no hubo eventos en sus territorios que pudieran haber provocado la liberación. También proporcionaron información sobre sus propias medidas y resultados.
Además, siete países (Argelia, Georgia, Kuwait, Marruecos, Tayikistán, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos) también informaron sobre sus mediciones y dijeron que no se habían producido eventos relevantes sobre sus territorios. Además de Estonia, Finlandia y Suecia, ninguno de los otros países que hasta ahora han proporcionado información y datos al OIEA dijeron que habían detectado niveles elevados de radioisótopos.
Entonces, ¿qué ha pasado?
Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que realmente ha sucedido. Este tipo de escapes radiactivos normalmente no se producen y suele ser detectado su origen en pocos días u horas. Las investigaciones se mantienen. Según el regulador francés de seguridad nuclear IRSN, esta situación ya ha ocurrido en el pasado. Su primera hipótesis es que deba a una operación industrial habitual en el equipo de purificación de una piscina de combustible, tal y como contó el divulgador Operador Nuclear en su cuenta de Twitter.
El hecho de que nadie se haga cargo de este escape radiactivo hace que corran los rumores. Uno de ellos ha sido culpabilizar a Rusia de la nube radiactiva. En las redes sociales de Finlandia corrió el rumor que el escape radiactivo se debió a un incendio en una central nuclear rusa, recordando al accidente nuclear de Chernobyl. Este rumor hizo que muchos finlandeses se tiraran a la calle a comprar yodo para contrarrestar los efectos de la radiación.
Para acallar el rumor, el CSN finlandés tuvo que realizar un comunicado ad hoc sobre este asunto desmintiendo el bulo para tratar de tranquilizar a la población finesa.
Los rumores en este tipo de casos no ayudan en nada, pero tampoco que tres semanas después de un supuesto incidente en una central nuclear se desconozca y que nadie se haga responsable de este escape.
Alejo
06/07/2020