Según ha adelantado Recharge en exclusiva, el fabricante chino de aerogeneradores Sany Renewable Energy ha firmado sus primeros pedidos en España y Alemania, lo que marca un hito clave en su estrategia de expansión europea e internacional. El anuncio se ha realizado en el marco de Husum Wind, una de las ferias más importantes del sector eólico en Alemania.
Este movimiento supone la entrada oficial de Sany en el mercado español y alemán, en un contexto donde los fabricantes chinos buscan ganar presencia fuera de Asia y posicionarse como actores relevantes en el desarrollo de la eólica a nivel global.
Sany, al igual que otros fabricantes chinos, lleva tiempo tratando de entrar en el mercado europeo. Hace ya más de dos años ya anunciaron sus intenciones de entrar en Europa y que estaban muy cerca de cerrar su primer pedido, que finalmente se ha concretado ahora.
Por el momento, se trata de pedidos de pequeña escala, que marcan una primera toma de contacto con el mercado europeo.
En Alemania, Sany ha firmado un contrato para suministrar dos unidades del modelo SI-16050, con 160 metros de rotor y 5 MW de potencia, destinadas a un proyecto que ya cuenta con autorización y que podría instalarse a principios de 2026, en caso de obtener respaldo en subasta. Según fuentes del sector, este pedido podría ampliarse hasta cinco unidades.
En España, la compañía ha cerrado un acuerdo para instalar un único aerogenerador SI-172625, de 172 metros de rotor y 6,25 MW de potencia, marcando así su primera entrada formal en el mercado español. De momento, se desconoce el cliente o la ubicación.
Como era de esperar, los modelos seleccionados para estos primeros proyectos en Europa son turbinas adaptadas a los tamaños y potencias más comunes en el mercado europeo, muy lejos de los gigantes de más de 10 MW que Sany ya tiene en su portfolio para el mercado chino.
Contexto Europeo
Tal y como ha recogido anteriormente El Periódico de la Energía[SF1] , la realidad es que los proyectos con turbinas chinas en Europa son, de momento, casos puntuales, aunque en los últimos tiempos se percibe una tendencia creciente.
En Francia, Envision ha desarrollado parques propios con sus turbinas, luego vendidos a terceros. En Grecia, Goldwind está avanzando en varios proyectos de pequeño tamaño.
Donde más movimiento se está registrando es en Europa del Este, probablemente por tratarse de mercados menos maduros y con menos barreras de entrada para nuevos fabricantes. En Rumanía, el BERD ha financiado un parque con turbinas Goldwind, generando inquietud en el sector. En Bulgaria, solo se registra un contrato con Mingyang de 125 MW en 2012.
En Serbia, se han anunciado varios contratos con Windey, incluyendo uno especialmente llamativo de 854 MW con turbinas de 7,7 MW. La propia Sany ha comunicado recientemente la firma de un contrato en el país balcánico para su proyecto eólico Alibunar, de 168 MW.
Aunque el camino de entrada de los fabricantes chinos a Europa no será sencillo. Pese a años de esfuerzos y a una política comercial agresiva por parte de los principales fabricantes, el desembarco en mercados occidentales está siendo más complejo de lo previsto.
Los casos de éxito que existen hasta ahora suelen estar ligados a estrategias indirectas o situaciones muy concretas. En muchos casos, los clientes finales son desarrolladores chinos, o bien se trata de proyectos financiados con capital chino, o incluso de proyectos que han sido adquiridos directamente por fabricantes chinos, para así poder instalar sus propias turbinas.
Aunque ha habido algunos acuerdos con desarrolladores occidentales, estos son casos aislados. En general, las grandes eléctricas europeas y americanas siguen evitando trabajar con fabricantes chinos, ya sea por razones técnicas, estratégicas o regulatorias.
Además, la geopolítica y la regulación también tiene su papel. El año pasado, la Comisión Europea (CE) abrió una investigación formal para determinar si la participación de capital chino en el desarrollo de parques eólicos en cinco países de la Unión Europea, entre ellos España, podría constituir una ventaja indebida que distorsione la competencia en el mercado interior.
Un artículo de Sergio Fernandez Munguía, autor de Windletter. Puedes suscribirte a Windletter aquí.
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