La decisión de Noruega de permitir que el Fondo Global de Pensiones del Gobierno (GPFG) invierta en infraestructura de energía renovable no cotizada representa un paso importante para el fondo de pensiones más grande del mundo (1 billón de dólares), según el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA). El límite superior de tales inversiones se duplicará, de 60.000 a 120.000 millones de coronas noruegas (alrededor de 12.500 millones de euros).
El cambio de política se someterá a votación parlamentaria en Oslo en junio y se espera que sea aprobado.
En una declaración oficial, el ministro de Finanzas de Noruega, Siv Jensen, destacó que el enfoque se basaba en consideraciones financieras más que ambientales, "no es una medida de política climática, sino parte de la estrategia de inversión del Fondo".
El director financiero del IEEFA, Tom Sanzillo, declaró que “después de un proceso de diligencia de tres años, el Fondo de Pensiones del Gobierno noruego confirmó que las inversiones en energía renovable no cotizada tienen una buena posición de efectivo, estrategias de salida saludables y una perspectiva positiva. Esta es una industria en crecimiento. Las inversiones del fondo ahora le permiten aprovechar este crecimiento y utilizar sus recursos para desarrollar el mercado durante décadas. Además, Noruega ajustará sus criterios de carbón, lo que conducirá a la desinversión de grandes minas y compañías eléctricas expuestas al carbón. Este es un paso importante para la salud del Fondo y del planeta”.
IEEFA recomendó al Fondo en febrero de 2017 que creara una clase de activos para invertir en infraestructuras no incluidas en la lista, como el caso de la energía renovable, y aumentó esa investigación con un informe posterior en agosto de 2017.
La decisión de Noruega de restringir sus criterios para desinvertir en empresas de la minería del carbón y la generación de energía a base de carbón podría llevar a la desinversión de compañías como Glencore, Anglo American, BHP Group Ltd., RWE y Uniper, entre otras.
Noruega estableció por primera vez los criterios de umbral para que el fondo de pensiones se retirara del carbón hace cuatro años y el informe del IEEFA de 2015 sobre la desinversión en carbón del Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega ayudó a sentar las bases para esa decisión.
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