Renovables

El futuro de la energía fotovoltaica pinta mucho mejor de lo que pronostica la AIE

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Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) para la energía solar fotovoltaica (PV) han demostrado ser poco fiables en el pasado. Al menos eso piensa el Energy Watch Group, que lo ha discutido en detalle el pasado mes de septiembre. Según éste, en sus análisis vertidos en la última edición del World Energy Outlook (WEO) 2015, la AIE se mantiene en sus trece al infravalorar a las renovables a la hora de evaluar los futuros escenarios energéticos. El análisis que ahora presenta el Energy Watch Group así lo demuestra en sus proyecciones para la energía fotovoltaica.

En los últimos años, la AIE ha ignorado sistemáticamente el rápido crecimiento del mercado de las energías renovables y, en particular, la capacidad añadida de PV al utilizar datos obsoletos en sus escenarios. La AIE ha ignorado en sui último WEO el crecimiento del mercado PV en 2014 y el nuevo registro de capacidad adicional para el año 2015, lo que ya se conocía en septiembre.

En particular, la AIE asume la hipótesis altamente improbable de que el crecimiento del mercado fotovoltaico ha caído en 2014 y que la capacidad añadida anual seguirá siendo más baja que en 2013 para las próximas décadas. Para un mercado mundial todavía joven, estos son supuestos altamente improbables, que sólo podrían concebirse en el caso hipotético de que las decisiones políticas regularan la energía solar como una alternativa indeseable en todos los rincones del mundo.

El gráfico muestra el volumen del mercado anual de PV. La línea continua en negro muestra las capacidades reales añadidas desde 1990 a 2015. Para este año, las últimas estimaciones de los analistas del mercado internacional sugieren que la capacidad agregada anual será de 55- 60 GW. En el WEO, no se dan cifras concretas sobre la capacidad añadida. Y dado que los valores en el WEO sólo se dan en escalones cada cinco años, el Energy Watch Group ha hecho un cálculo sobre el escenario adaptado, igualando la capacidad de potencia instalada acumulada del WEO. Y el resultado es que por lo menos hasta 2035, la tasa de capacidad adicional anual del WEO 2015 permanece por debajo del nivel de 2013.

El Energy Watch Group ha hecho varios supuestos en los cálculos de la vida útil de la instalación fotovoltaica. Con una vida útil de 30 años, una proporción rápidamente creciente de plantas viejas deberían ir sustituyéndose a partir de 2035, lo que no concuerda con las proyecciones de la AIE, que prevén todo lo contrario. Es decir, que a partir de esa fecha vuelven a disminuir de nuevo.

Pero hay otras instituciones que también se ocupan de proyectar escenarios del mercado energético para la generación de energía solar fotovoltaica. Uno de las más conocidas es el escenario de la (R)evolución energética, creado sobre una base regular y encargado conjuntamente por Greenpeace, el Consejo Mundial de la Energía Eólica (GWEC) y SolarPower Europe (SPE), y realizado por el prestigioso Centro Alemán de Aeronáutica.

Estimaciones de BNEF y Grenpeace comparados con el WEO de la AIE

El gráfico 2 muestra el escenario de la AIE, junto con el de la (r)evolución energética en 2015 y las previsiones de Bloomberg New Energy Finance (BNEF), publicado en el informe New Energy Outlook 2015. Las diferencias son abismales y la disminución de la capacidad añadida en el escenario de Greenpeace [r]evolución energética desde 2040 se justifica por hecho de que para esa fecha se ha alcanzado el objetivo de un suministro de energía 100% renovable.

A las condiciones de la política económica global deben añadirse las capacidades comparadas con las tasas de expansión anteriores: el coste de la energía fotovoltaica seguirá disminuyendo, así como el coste de las baterías de almacenamiento, los cuales van estimular aún más el crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas. Al mismo tiempo, los inversores financieros desinvertirán en fósiles y proyectos nucleares. Esto debido, en parte, a los bloqueos políticos que impiden una reforma fundamental del diseño del mercado de la electricidad, por lo que sólo cabe esperar unos pobres rendimientos financieros.

A ello, habría que añadir que, en muchas partes del mundo, finalmente se está tomando en serio el cambio climático y cada vez hay un mayor número de inversores financieros y privados preocupados por el riesgo incalculable de la energía nuclear. Y este capital que se libera se invierte cada día más en energías renovables. En resumidas cuentas, a la vista del dinámico desarrollo de las tecnologías renovables, los pronósticos de la AIE son, a juicio de los analistas del Energy Watch Group, algo incomprensible.

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