El próximo 6 de septiembre, la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, comparecerá en el Congreso a petición propia para explicar la decisión de paralizar el permiso de construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) proyectado en el municipio conquense de Villar de Cañas.
En realidad, lo que el Gobierno ha hecho es solicitar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la suspensión de la emisión del dictamen del organismo regulador sobre la autorización de construcción de la instalación para analizar la situación, lo que no quiere decir que finalmente el emplazamiento del cementerio nuclear sea el mismo que se ha destinado para ello.
"El ATC tendría que haberse construido entre 2010 y 2014, pero en estos años no se ha avanzado nada", señalan a este diario fuentes internas del CSN, "el procedimiento para llevarlo a cabo debía haber seguido unos cauces y lo que ha pasado es que se ha querido avanzar en algunos trámites pero no se han hecho otros previos necesarios".
Hasta el momento, la instalación prevista para almacenar residuos radiactivos en Villar de Cañas no cuenta con un DIA (Declaración de Impacto Ambiental), que la concede el Gobierno central, ni con la autorización urbanística porque la Junta de Castilla-La Mancha la paró en los tribunales, así como tampoco con la autorización de la construcción, "y sin esos trámites, el anterior gobierno solicitó al CSN que realizara un informe sobre el emplazamiento hace dos años, que fue favorable, y ahora lo que ha retirado la ministra es la petición del otro informe sobre construcción, que se estaba elaborando".
"Además, tal y como estaba diseñado, el ATC estaba previsto para los residuos generados a lo largo de toda vida útil de las centrales nucleares, que era de 40 años, es decir, tal y como dictaminaba el Plan General de Residuos Radiactivos de 2006, un plan que ha quedado obsoleto ya que hubiera tenido que haberse renovado en 2010 y no se ha hecho", explican las fuentes, "una instalación nuclear tiene un tracto sucesivo lógico, tiene que contemplar un número de reactores y de los residuos que se han producido y los que se van a producir, por eso, el Gobierno no ha tomado ninguna decisión al respecto, antes tiene que hacer una revisión de ese Plan de residuos".
"Al no haber ATC en el plazo dispuesto, los propietarios de las centrales han ido construyendo sus propios ATIs (almacén temporal individualizado), además de utilizar las piscinas para su período de enfriamiento previo, y ya no les corre prisa ese almacén, que en cualquier caso se deberá construir porque es el paso intermedio para un almacén geológico profundo", añaden las fuentes.
Por eso, "antes de construir el ATC, se deberá aprobar un nuevo Plan General de Residuos Radiactivos y posteriormente diseñar un nuevo ATC, que podría estar en el mismo emplazamiento pero con otras características muy diferente a las que tiene ahora. Después de eso, el Gobierno podría pedir un nuevo informe sobre el mismo territorio", concluyen.
En definitiva, que el Ejecutivo suspende la tramitación hasta que establezca una estrategia energética y decida qué hacer con las nucleares, cuál es el calendario de cierre y cuántos residuos nucleares producirán, aunque no rechaza que sea en Villar de Cañas.
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