El Gobierno portugués confía en que en 2022 las posibles subidas del precio de la luz serán "marginales" y sostiene que cuenta con margen para amortiguar el encarecimiento de la electricidad, que en estos días marca récords en la Península Ibérica.
"Tenemos una fortísima expectativa de que los aumentos de electricidad el próximo año, si ocurren, serán marginales", dijo hoy el ministro de Medioambiente de Portugal, João Matos Fernandes, en declaraciones a la prensa en Lisboa, donde recordó que las situaciones de España y Portugal son diferentes a pesar de que comparten el mercado ibérico.
En España las variaciones de precio son inmediatas, se reflejan en la factura cada mes, mientras que en Portugal la tarifa se ajusta anualmente.
"En Portugal los portugueses no sintieron el aumento de los costes de la energía. Porque no hubo", señaló.
A pesar de que el precio esté marcando récords en el mercado ibérico -para mañana se ha fijado un nuevo máximo de 172,78 euros megavatio hora (MWh)-, Matos Fernandes insistió en que el Gobierno tiene "innumerables colchones" para hacerle frente.
Entre ellos, los ingresos del fondo medioambiental que son transferidos para combatir el déficit tarifario, y que provienen de las licencias de carbono para producir energía a partir del gas.
"Quien más contamina acaba contribuyendo para que la propia electricidad no suba, y así es el régimen justo", defendió el ministro, que desveló que esperaban ingresos por 150 millones y al final rondarán los 270.
La Entidad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE) de Portugal presentará el 15 de octubre las tarifas para 2022 en el mercado regulado, que suelen ser una referencia para el mercado liberalizado.
La última actualización de la ERSE, que entró en vigor el 1 de julio, fijó el megavatio hora (MWh) en 61,85 euros.
Según Eurostat, Portugal tenía en 2015 la electricidad más cara de Europa en relación con el poder de compra de sus ciudadanos, pero desde entonces ha ido bajando de posición y cerró 2020 como la octava más elevada.
Los clientes con una potencia contratada de 3,45 kVA y un consumo anual de 1.900 kWh tienen una factura media mensual de 37 euros, mientras que para una familia con 6,9 kVA de potencia y 5.000 kWh el recibo asciende a 92 euros, según la ERSE.
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