El mundo gasta actualmente 190.000 millones de dólares (163.222,55 euros) al año para protegerse frente a fenómenos meteorológicos extremos, brindando niveles de protección típicos de economías desarrolladas a 1.200 millones de personas, según una nueva investigación del McKinsey Global Institute (MGI).
Sin embargo, como detalla la compañía en un comunicado, esta cifra representa solo un tercio de lo necesario para proteger a los 4.100 millones de personas actualmente expuestas a riesgos climáticos. El último informe de MGI, 'Advancing adaptation: Mapping costs from cooling to coastal defenses', ofrece una evaluación integral y pionera de los costes globales de adaptación desde hoy hasta 2050, basada en un análisis geoespacial de alta resolución --a nivel de píxel-- que identifica dónde se manifestarán los riesgos.
Asimismo, la investigación examina cuatro categorías de riesgos y 20 medidas de adaptación probadas y rentables, que abarcan desde aire acondicionado, riego y tejados reflectantes hasta diques, manglares y defensas costeras.
Con las trayectorias actuales de emisiones, el mundo podría alcanzar hacia 2050 un calentamiento de 2°C respecto a los niveles preindustriales, lo que podría exponer a 2.200 millones de personas adicionales al estrés térmico y a 1.100 millones más a la sequía, mientras que solo 40 millones adicionales se enfrentarían a inundaciones costeras.
Adaptarse a estándares de economías desarrolladas bajo este nivel de calentamiento requeriría 1,2 billones de dólares anuales, seis veces el gasto actual.
"Los beneficios de la adaptación superan sus costes por siete a uno en un escenario de 2 °C", ha afirmado la socia del McKinsey Global Institute, Mekala Krishnan. "Pero, pese a la existencia de medidas probadas y rentables, incluso hoy existe una brecha considerable entre el gasto actual y el nivel necesario para proteger a todas las personas expuestas a riesgos climáticos. ¿Qué explica esta paradoja? Nuestro trabajo muestra claramente que es necesario superar numerosos obstáculos financieros, operativos e institucionales para acelerar la acción", ha expresado.
"El desarrollo económico puede ayudar, pero por sí solo será insuficiente. En particular, las zonas de bajos ingresos podrían seguir enfrentándose a brechas de protección, y precisamente en estos lugares la adaptación es fundamental para apoyar el crecimiento económico futuro", ha añadido la socia senior de McKinsey y directora de MGI, Olivia White.
De este modo, el socio senior de McKinsey y director de MGI, Sylvain Johansson, ha sostenido que "los países, las empresas y las personas tienen una enorme oportunidad para reducir riesgos, proteger activos y poblaciones, y apoyar la prosperidad a largo plazo", además de añadir que "nuestra capacidad para financiar y escalar la adaptación determinará en última instancia los riesgos que soportarán nuestras sociedades".
Riesgos climáticos
En el caso de España, el informe señala que el 28% del territorio está actualmente expuesto a riesgos climáticos --frente al 40% a nivel global--, una situación que afecta al 13% de la población, principalmente debido a inundaciones fluviales, olas de calor y sequía.
Así, MGI ha advertido de que "la infraestructura de protección sigue siendo limitada", ya que solo el 29% de las líneas eléctricas en zonas con riesgo de incendios están soterradas y únicamente el 45% de la costa dispone de defensas frente a inundaciones.









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