El famoso oso polar gigante de Greenpeace ya está en París. La organización ecologista ha colocado esta enorme estatua-marioneta a las puertas de donde se celebra la Cumbre de Cambio Climático de París (COP21) para que los líderes escuchen sus fuertes gruñidos. Su intención es “recordarle a los ministros que los efectos del cambio climático afectan a todos, desde el Ártico, hasta las islas del Pacífico”. Aurora es el nombre de la osa y mide lo mismo que un autobús de dos pisos.
El director de **Greenpeace, Kumi Naidoo, **instó además a los líderes de los países negociadores a "dejar de jugar al póquer" con el futuro de la humanidad y cerrar un acuerdo ambicioso en la cumbre climática de París, que persiga contener el calentamiento global en 1,5 grados a finales de siglo.
"No pueden seguir jugando a un póquer político con el futuro de nuestros hijos y sus hijos. Tienen que preguntarse (...) si no cierran un acuerdo ahora, cuándo; si no aquí, dónde; y si no nosotros, quiénes lo hará", dijo Naidoo en declaraciones a la prensa en la COP21.
A tres días de que finalice la COP21, Naidoo advirtió de que con la naturaleza no se puede negociar, ni se le puede dar una "patada hacia delante, como si fuera fútbol político". Por eso, pidió a los líderes de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, que se comprometan con un acuerdo ambicioso.
"No es una cuestión -argumentó- sobre si yo o Greenpeace podremos vivir con un mal acuerdo o no. Es una cuestión de si nuestros hijos podrán vivir, sin más".
El director de la ONG avisó de que si se cierra un "mal acuerdo", los países "están invitando a una desobediencia civil masiva contra cada proyecto de combustibles fósiles que exista en el planeta".
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios