El Parlamento Europeo pide celeridad para romper la dependencia de materias primas críticas de China tras las nuevas restricciones

El pleno del Parlamento Europeo ha reclamado a los gobiernos europeos celeridad para aplicar la nueva Ley europea de Materias Primas Fundamentales para romper con la dependencia de importaciones críticas desde China, país que ha impuesto nuevas restricciones a las exportaciones de tierras raras e imanes utilizados en los sectores de la defensa, la energía y la automoción para defenderse de la guerra arancelaria de Estados Unidos.

La resolución adoptada en Estrasburgo (Francia) con 523 votos a favor, 75 en contra y 14 abstenciones subraya además la necesidad de que la UE active los proyectos mineros nacionales.

También insta a la Comisión y a los propios gobiernos que evalúen el nivel mínimo de reservas estratégicas de elementos de tierras raras; así como a buscar nuevas alianzas sobre materias primas con países terceros que cumplan altos estándares de sostenibilidad y Derechos Humanos.

Materias primas críticas

La posición de la Eurocámara recuerda que el pasado abril Pekín impuso restricciones a las exportaciones de siete elementos de tierras raras e imanes necesarios en sectores estratégicos como la defensa o la energía, que ahora necesitan licencias adicionales para poder salir del mercado chino al exterior.

Así, los eurodiputados alertan de la estrategia "cuasi monopolística" del gigante asiático y denuncian sus acciones "coercitivas", por lo que instan a que desde la Unión Europea se tomen medidas para identificar, poner en práctica y reforzar aquellos sectores en donde los bienes y tecnologías esenciales chinas tienen ventaja sobre sus competidores europeos.

En este contexto, además, advierten de la necesidad de "acelerar" la puesta en marcha de la nueva normativa común sobre materias primas fundamentales con la que el bloque aspira a lograr un acceso seguro, diversificado y sostenible de materias esenciales como el litio, el cobalto o el magnesio.

El objetivo de la nueva ley adoptada en 2024 es garantizar que a partir de 2030 la Unión Europea (UE) no consigue más del 65% de ellos de un único tercer país como China.