Las teorías de la conspiración sobre qué hay detrás de la brusca caída del precio del petróleo sobrevuelan los mercados. Que si es una guerra contra el fracking de EEUU que ha hecho perder la hegemonía a Arabia Saudí, que es una estrategia para hundir económicamente a Rusia, que es por complicar la existencia a Venezuela. Y la última de todas es que un barril de petróleo a 50 dólares perjudica a las energías renovables.
Pero esta teoría podría dejar de ser conspiratoria si se tiene en cuenta la opinión de expertos y protagonistas del sector. Es verdad que no se ha escuchado a ningún jeque árabe decir que la reducción del precio es para ir contra las tecnologías limpias, pero el mercado ha interpretado que así es. Solo hay que echar un vistazo al comportamiento bursátil de las grandes compañías de renovables, coches eléctricos, empresas dedicadas al fracking o lo mal que lo está pasando financieramente potencias del crudo como Rusia o Venezuela.
En las últimas semanas, una nueva ola de ventas se ha apoderado de las empresas de energía renovables a nivel internacional ya que los inversores tratan de digerir las implicaciones de un precio del petróleo mucho más bajo.
Las acciones de la danesa Vestas, el mayor proveedor de aerogeneradores del mundo, cayeron con fuerza después de que el precio del crudo se desplomara tras la decisión de la OPEP de finales de noviembre de no recortar su producción. Y la cotización aún está hoy un 11% por debajo de los niveles de entonces. El gigante chino de paneles solares Yingli Green Energy y el fabricante estadounidense de coches eléctricos Tesla han sufrido incluso caídas mayores, explica el diario Financial Times.
Por ejemplo, en Reino Unido el debate de cómo afecta el precio del petróleo a la baja sobre el desarrollo de las energías verdes ya se ha iniciado. La caída de los precios del petróleo habían socavado uno de los principales argumentos utilizados por el Gobierno británico para justificar las subvenciones para la inversión en energía renovable: que es una cobertura contra futuras alzas en el costo de los combustibles fósiles, dijeron.
"Los subsidios a la energía renovable se han vendido en su mayoría al público sobre la base de los beneficios económicos", ha dicho Peter Atherton, de Liberum Capital, al diario The Independent.
El analista de Credit Suisse, Marcus Freshney, dijo al Financial Times que los precios del petróleo hicieron al viento y a la energía solar más caras. "Creo que todavía hay una percepción en el mercado de que existe este vínculo".
Pero a estas voces hay que unir por ejemplo la de uno de los expertos españoles que mejor conoce el sector petrolero por dentro. Se trata del economista Daniel Lacalle, que explicaba lo siguiente en un artículo suyo en su blog en El Confidencial: "Es una batalla contra las renovables, que vuelven a quedar prohibitivamente más caras que el petróleo. Es una guerra contra los vehículos eléctricos y de gas natural. Con el precio de la gasolina en EEUU a 3,7 dólares el galón, ya no es económicamente rentable sustituir una flota de vehículos por gas natural o electricidad. Un buen amigo de Aramco me decía hace un tiempo: “Cuando los precios del petróleo caen, nosotros bajamos costes; cuando las subvenciones bajan, ustedes quiebran".
La última frase es muy clara de lo que realmente podría estar detrás de la fuerte caída del precio del oro negro. De una teoría parecida es el empresario e inversor Richard Branson, dueño del brazo inversor Virgin Group.
Branson dijo en una entrevista en The Guardian que "ellos (refiriéndose a Arabia Saudí) no sólo quieren dañar la industria del fracking en Estados Unidos, sino también el negocio de la energía limpia. El colapso de los precios del petróleo va a hacer que sea mucho más difícil para las energías limpias".
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