Petróleo & Gas

El precio del gas se dispara tras el corte de suministro de gas ruso a través de Ucrania

Las bajas temperaturas que han azotado Europa en las últimas semanas también ha sido un factor muy influyente

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El 2025 ha dado un inicio agitado para el sector energético en Europa, con un incremento moderado en los precios del gas. Este panorama llega tras la expiración del contrato de suministro entre Rusia y la Unión Europea a través de Ucrania, y aunque el Viejo Continente se enfrenta a este hecho mejor preparado que en años anteriores, este añade cierta incertidumbre a un contexto ya complicado por la dependencia energética y las tensiones geopolíticas. Este jueves, el precio del TTF neerlandés, el índice de referencia para el gas natural en Europa, subió más de un 4%, alcanzando los 51 euros por megavatio-hora, su nivel más alto desde octubre de 2023.

El aumento en los precios no solo responde al corte del suministro, sino también a las bajas temperaturas que han azotado Europa en las últimas semanas. Este fenómeno meteorológico ha acelerado el consumo de gas, llevando los inventarios europeos a niveles críticos: apenas un 75% de capacidad, la cifra más baja registrada en esta época del año desde 2021.

Según los analistas, la combinación de factores climáticos, geopolíticos y económicos podría tener repercusiones profundas en los próximos meses, no solo en los mercados sino también en los hogares y las industrias europeas.

Demanda

La decisión de Ucrania de cortar el tránsito de gas ruso a través de su territorio se produce tras la expiración del acuerdo bilateral de tránsito de gas, que concluyó con el año 2023. La medida afecta a una de las rutas clave para el suministro de gas ruso hacia Europa, que históricamente ha desempeñado un papel crucial en el abastecimiento del continente, especialmente en países de Europa central.

Hungría y Eslovaquia son los más vulnerables ante esta interrupción. En 2023, más del 65% de su demanda de gas fue cubierta por el tránsito a través de Ucrania. Aunque existe una alternativa en el gasoducto TurkStream, este enlace no tiene capacidad suficiente para compensar completamente la pérdida del suministro a través de la ruta ucraniana.

La demanda de gas natural alcanzó en 2024 los 311,7 TWh, un 4,2% menos que en 2023
El sistema gasista español recibió suministro de 14 orígenes diferentes, contribuyendo a una amplia diversificación del suministro.

El impacto también se extiende más allá de Europa central. Si bien los países de Europa occidental tienen acceso a una red diversificada de fuentes de energía, las interrupciones en una ruta clave como la ucraniana agravan la presión sobre un mercado ya caracterizado por la volatilidad.

Perspectivas

Aunque los expertos aseguran que no hay riesgo inmediato de una crisis energética, el impacto económico del encarecimiento del gas es inevitable. En comparación con el año anterior, los precios del gas han aumentado un 50% interanual, lo que podría agravar los costes para las empresas y los hogares europeos.

El encarecimiento de la energía también amenaza la competitividad de las industrias europeas, que ya enfrentan costes más elevados que sus competidores en otras regiones del mundo. Por su parte, los hogares podrían ver incrementos en sus facturas energéticas si el alza de precios se prolonga, a pesar de las medidas de mitigación adoptadas por los gobiernos de la Unión Europea.

Otra preocupación radica en las importaciones de gas natural licuado (GNL). Europa ha incrementado significativamente sus compras de GNL en los últimos años como parte de su estrategia para diversificar el suministro energético, pero esta solución no está exenta de problemas. El GNL, generalmente más caro que el gas transportado por gasoductos, podría añadir más presión sobre los precios, especialmente si la demanda global sigue siendo alta.

Austria y Eslovaquia aseguran que están preparadas para afrontar el corte de suministro de gas ruso

Arne Lohmann Rasmussen, analista jefe de Global Risk Management, advirtió en declaraciones a Bloomberg que las previsiones de precios para el próximo verano son especialmente preocupantes. "Reabastecerse será un desafío costoso, y la volatilidad del mercado podría intensificarse aún más si las tensiones geopolíticas persisten", afirmó.

La perspectiva de un verano más caro subraya la necesidad de estrategias coordinadas a nivel europeo para garantizar un suministro estable y accesible. Esto incluye el fortalecimiento de las interconexiones energéticas entre países, el aumento de la capacidad de almacenamiento de gas y una mayor inversión en fuentes de energía renovables.

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