Renovables

El salto global del ‘mid-market’ renovable español

Empresas como Ecoener, Zelestra, Cox o Grenergy han llevado la bandera española de las renovables a todos los rincones del planeta

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Durante años, el mapa de las energías renovables españolas estuvo dominado por las grandes utilities. Pero un grupo creciente de compañías de tamaño medio ha comenzado a demostrar que también desde España se puede competir en el tablero internacional. El proceso de internacionalización de firmas como Zelestra, Grenergy, Ecoener y Cox revela no solo una expansión de negocio, sino una ambición global que combina innovación tecnológica, diversificación y una visión empresarial más integrada.

Zelestra: soluciones multitecnológicas para un crecimiento global

En el caso de Zelestra, la compañía se ha convertido en uno de los nombres que mejor ilustran la nueva generación de empresas energéticas españolas con vocación internacional. En conversación con El Periódico de la Energía, Scarlett Álvarez Uzcátegui, Chief Stakeholder & Sustainability Officer, define su estrategia como la de una firma “multitecnológica” que crece en mercados clave como Estados Unidos, Alemania, Italia, Latinoamérica y España. Su expansión responde a un objetivo claro: ayudar a los clientes a alcanzar sus metas de descarbonización mediante soluciones energéticas a medida. La energía eólica, el almacenamiento en baterías y los combustibles verdes representan ya el 40 % de su cartera global, con proyectos que combinan generación y almacenamiento en distintos formatos.

Italia se ha convertido en uno de sus mercados más relevantes. Allí, Zelestra firmó un acuerdo de tolling a largo plazo con la empresa suiza BKW para suministrar un sistema de almacenamiento en baterías de hasta 2 GWh en el norte del país, un paso significativo en el despliegue europeo de soluciones BESS. En Chile, la compañía ha sellado una alianza con Abastible para desarrollar un proyecto que integra 220 MW de generación solar con 1 GWh de capacidad de almacenamiento, de modo que los clientes industriales puedan disponer de energía limpia también durante las horas nocturnas. Y en Estados Unidos, Zelestra acaba de completar una transacción de tax equity para el proyecto solar Jasper County, de 81 MW, en Indiana, un movimiento que refuerza su presencia en el mayor mercado energético del mundo.

Zelestra firma un 'vPPA' a 10 años con Avery Dennison para una planta solar de 44 MW en Sevilla.Zelestra

Latinoamérica también se ha consolidado como una de las piezas esenciales de su mapa global. En Perú, la empresa ha inaugurado el mayor parque solar del país, con 300 MW pico de capacidad, demostrando la rapidez con la que el mercado peruano empieza a acoger la nueva generación de infraestructuras limpias. A todo ello se suman dos hitos recientes en el mercado español: Zelestra ha iniciado la operación de su planta solar de 50,4 MW en Guadalajara, y ha firmado con EDP el primer gran acuerdo de compra de energía híbrido en España, que combina generación solar y almacenamiento, un modelo pionero que acerca a nuestro país las innovaciones que la empresa ya está aplicando en sus proyectos internacionales.

“Los retos de operar en diferentes países, desde la diversidad normativa hasta la disponibilidad tecnológica local, se convierten en oportunidades”, explica Álvarez Uzcátegui. Cada proyecto, añade, les permite “aprender, optimizar procesos y acelerar la innovación”. Ese aprendizaje continuo está en el centro de la identidad de Zelestra, que combina la experiencia adquirida en mercados regulatoriamente complejos con la flexibilidad que exige un sector en transformación.

Grenergy: soluciones multitecnológicas para un crecimiento global

Otra de las compañías que ha hecho del salto internacional su carta de identidad es Grenergy Renovables. Con más de una década de presencia fuera de España, la firma se ha consolidado como uno de los desarrolladores independientes más activos en el continente americano.

Su proyecto Oasis de Atacama, en el norte de Chile, es una prueba del alcance que puede tener una empresa española en el nuevo escenario global: 4,4 GW solares y 18,8 GWh de almacenamiento, una de las mayores iniciativas híbridas del mundo. A este se suma Central Oasis, una plataforma que replica el modelo en la zona central del país, con 1,1 GW solares y 3,8 GWh de baterías, que se pondrá en operación en 2027.

Sede de Grenergy.Grenergy

La presencia de Grenergy no se limita a Chile. La compañía ha extendido su actividad a México, Colombia y Perú, y ha comenzado a operar en Estados Unidos con proyectos solares y de almacenamiento. En Europa, despliega una estrategia articulada a través de su plataforma stand-alone Greenbox, que aspira a poner en marcha 3 GWh de almacenamiento en operación y construcción para 2027. “La diversificación geográfica ha sido una oportunidad de crecimiento y aprendizaje”, reconocen portavoces de la compañía a este periódico. Llegar a Chile en 2013 fue, dicen, “un momento de impulso decisivo”, que les permitió enfrentarse a proyectos de gran escala y aprender a adaptarse a nuevos marcos regulatorios. Ese conocimiento, adquirido en Latinoamérica, lo están aplicando ahora en Europa, donde la madurez del mercado exige otro tipo de modelos.

El proceso no ha estado exento de desafíos. Cada país presenta su propia regulación, condiciones de red y contexto económico, lo que obliga a una comprensión profunda de cada mercado. Pero precisamente esa diversidad ha fortalecido a Grenergy, que se ha acostumbrado a operar en todas las fases del desarrollo: desde la planificación hasta la operación. Esa integración vertical le permite controlar la calidad y garantizar la viabilidad técnica y financiera de los proyectos. Su apuesta por el almacenamiento, en paralelo al crecimiento fotovoltaico, refuerza su papel como actor global en el nuevo ciclo energético.

Ecoener: de pionera nacional a multinacional con acento latinoamericano

Si Zelestra y Grenergy simbolizan el despliegue de empresas de perfil tecnológico y escala creciente, Ecoener representa el ejemplo de una compañía con raíces sólidas en España que ha convertido su experiencia local en palanca de internacionalización. Con 38 años de trayectoria, Ecoener vive la mayor expansión de su historia: en apenas unos meses ha conectado 229 MW en República Dominicana, Colombia y Guatemala, además de España, alcanzando los 656 MW operativos y duplicando su capacidad instalada respecto al año anterior. “Estamos iniciando una nueva etapa con una mayor capacidad instalada, una diversificación internacional más sólida y, en consecuencia, un impulso significativo a los resultados y a la rentabilidad futura”, explican desde la empresa.

El crecimiento de Ecoener tiene un fuerte componente estratégico. “Desde nuestra salida a Bolsa en 2021, hemos pasado de ser una empresa con actividad centrada en España a convertirnos en una multinacional con activos en seis países”, señalan. La expansión en Hispanoamérica ha sido clave: “Hemos pasado de 30 MW en dos países a 620 MW en cinco, con la entrada en República Dominicana, Colombia y Panamá, y consolidando el liderazgo en fotovoltaica en Guatemala”. Actualmente, el 75 % de su capacidad instalada se encuentra en Hispanoamérica.

El mercado guatemalteco, en particular, ha adquirido un peso simbólico. La empresa acaba de poner en marcha la planta fotovoltaica El Carrizo, de 74,7 MWp, consolidando su liderazgo en el país.

Parque de hibridación de Ecoener.Ecoener

En palabras de la compañía, su expansión internacional se apoya en un principio básico: aprovechar la experiencia española acumulada durante casi cuatro décadas. “En nuestro plan de crecimiento 2021-2025 apostamos por utilizar todo el conocimiento técnico y financiero adquirido en España para impulsar la expansión internacional, con un enfoque inicial en Hispanoamérica”, explican. “Buscamos mercados nicho —como República Dominicana— donde pudiéramos liderar el desarrollo del sector, evitando los mercados maduros con alta competencia que no cumplen nuestros criterios de rentabilidad.”

Ecoener ha comenzado también a abrir camino en la UE y Norteamérica. “Tras consolidar nuestro crecimiento en Hispanoamérica, hemos puesto el foco en nuevos mercados con alto potencial de rentabilidad en la Unión Europea, como Polonia, Rumanía, Grecia e Italia, y también en Canadá”, señalan. En Rumanía construirá un parque eólico de 54,4 MW tras adjudicarse un contrato por diferencia a 15 años respaldado por el Estado rumano —“fuimos la única empresa española adjudicataria, con el 5 % de la potencia disponible”—, mientras que en Canadá desembarcarán con un parque eólico de 140 MW en Columbia Británica tras la adjudicación de un PPA a 30 años con BC Hydro.

Su estrategia es clara: centrarse en mercados estables, en su mayoría dolarizados, con una demanda energética en crecimiento, marcos regulatorios claros y un historial de pagos fiable. “Nuestros ingresos están respaldados por contratos PPA de primer nivel, lo que garantiza seguridad y previsibilidad financiera”, subrayan. Para la compañía, esta combinación de prudencia y ambición ha sido la clave de su salto internacional.

Cox: una hoja de ruta de 5.500 millones y ambición internacional hasta 2028

Otra pieza clave del mosaico la aporta Cox, ejemplo del empuje español más allá de sus fronteras. Fundada en 2014, la empresa se ha consolidado como un actor relevante en el ámbito iberoamericano y acaba de protagonizar una de las operaciones más destacadas del año: la compra de los activos mexicanos de Iberdrola, valorada en 4.200 millones de dólares.

“El salto internacional es parte del ADN del grupo”, explican fuentes de la compañía al Periódico de la Energía. “Nuestros inicios se forjaron fuera de España, y esa vocación global responde a nuestro objetivo de consolidarnos como un actor de referencia en energía sostenible.”

Actualmente, Cox opera en seis regiones estratégicas, México, Arco Central (Panamá y Ecuador), Chile, Brasil, España y el área AME (norte de África y Medio Oriente), con una actividad centrada en la energía solar fotovoltaica y un creciente impulso en soluciones de almacenamiento y proyectos híbridos que combinan solar y eólica.

“España ha sido un terreno de prueba ideal para el desarrollo de tecnologías limpias y modelos híbridos”, apuntan. “Esa experiencia nos ha dado una enorme capacidad de innovación y una resiliencia operativa que pocas industrias pueden igualar.”

El presidente de Cox, Enrique Riquelme.Cox

La empresa presentó en Londres un “megaplan” con inversión por valor de 5.500 millones de euros hasta 2028, de los cuales cerca de la mitad se destinarán a México. La integración de los activos mexicanos permitirá a Cox cubrir el 90 % de su producción con contratos de largo plazo, alcanzando un EBITDA previsto de hasta 1.600 millones de euros en 2028.

El modelo incluye la creación de plataformas regionales financieramente autónomas y la búsqueda de socios locales para algunos activos. “El proceso de internacionalización nos ha enfrentado a distintos retos, admite Riquelme, desde la diversidad regulatoria hasta las diferencias financieras. Pero hemos aprendido que combinar una estrategia global con una gestión local sólida es clave para competir con éxito.”

A medio plazo, Cox da prioridad a Estados Unidos, donde planea ampliar su pipeline con nuevos proyectos solares y de almacenamiento, sin abandonar su apuesta por Latinoamérica, “donde seguimos creciendo en generación, autoconsumo y distribución de agua y energía”.

La empresa se distingue por una gestión integral del proyecto, desde la promoción hasta que el producto (agua o energía) llega al cliente final. Esa combinación de ingeniería, sostenibilidad y compromiso social es una de las claves que les permite competir globalmente.

Una nueva generación de empresas con ADN internacional

Todas ellas comparten un aprendizaje común: la internacionalización es tanto una necesidad como una escuela. Operar en distintos marcos regulatorios obliga a innovar y adaptarse; trabajar en varios países permite diversificar riesgos y consolidar una visión global; y combinar tecnologías —solar, eólica, almacenamiento— se ha convertido en una ventaja competitiva decisiva. En ese tránsito, las empresas españolas están demostrando que su know-how técnico y su capacidad de gestión pueden proyectarse mucho más allá del mercado doméstico.

El mapa de la energía ya no se dibuja solo con grandes nombres. En los proyectos solares de Chile, las baterías italianas, los parques eólicos de Canadá o las plantas guatemaltecas, late también la huella de un tejido empresarial español que se globaliza. La nueva generación de compañías renovables, liderada por Zelestra, Grenergy, Ecoener y Cox, está probando que la transición energética también se escribe en español.

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