Los productores y distribuidores de dióxido de carbono (CO2) para uso comercial en el Reino Unido han aceptado este lunes un plan mediado por el Gobierno para asegurar el suministro del gas, usado, por ejemplo, en la industria alimentaria para alargar la caducidad de los productos envasados o fabricar bebidas gaseosas.
En un comunicado, el Ejecutivo ha anunciado que los distribuidores han accedido a pagar al menos hasta enero de 2022 un precio superior por el CO2 a la empresa estadounidense CF Fertilisers, que produce un 60 % de ese gas para uso comercial en el país, como producto paralelo a sus fertilizantes.
El pacto permitirá a la compañía "seguir operativa mientras persisten los altos precios del gas" natural a nivel global, que el mes pasado la llevaron a cerrar dos de sus plantas en Inglaterra al no poder hacer frente a los costes, lo que causó una gran inquietud en varios sectores económicos.
En ese momento, el Gobierno ofreció puntualmente ayuda financiera a CF Fertilisers para que siguiera abierta hasta hallar una solución más sostenible, lo que se ha logrado hoy parcialmente.
El acuerdo sectorial anunciado significa que la compañía estadounidense se compromete a seguir produciendo CO2 hasta enero del año próximo, dando tiempo a buscar otras fuentes de producción del gas, que se utiliza también para enfriar plantas nucleares, en mataderos y en hospitales.
El ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng, señala en el comunicado que "el Gobierno actuó rápido para ofrecer a CF Fertilisers el apoyo que necesitaba para reiniciar la producción", con lo que ganó tiempo para encontrar una "solución sostenible a más largo plazo".
El Gobierno indica además en su nota que otro productor de CO2 comercial, Ensus, reabrió una planta la semana pasada que tenía cerrada por mantenimiento y podrá suministrar un 40 % de los requerimientos británicos de CO2.
Paralelamente, el Ejecutivo del primer ministro, Boris Johnson, se reúne hoy con representantes de otros sectores, como el papelero, de cerámicas y acereras, para tratar de apoyarles ante la subida del precio internacional del gas natural.
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