Estados Unidos (EEUU) busca potenciar la inversión extranjera directa en un momento de optimismo, impulsado por la voluntad del Gobierno de Donald Trump de generar empleos en manufactura y otros sectores. Uno de los principales retos señalados por representantes regionales es el suministro de energía a gran escala.
"Gracias a la Administración de Trump nuestro flujo de posibles acuerdos (de inversión) es hoy mayor de lo que nunca lo ha sido", afirmó de manera rotunda el gobernador de Misisipi, Tate Reeves, en la cumbre de inversión SelectUSA, cita que suele atraer a más de 5.000 participantes y que este año las autoridades locales encaran con especial entusiasmo ante las políticas del Gobierno federal.
"Es obvio que no vamos a lograr todos esos contratos de inversión, pero creo que nuestra economía va a seguir prosperando en el panorama actual", añadió Reeves, que lidera un estado que concentra plantas de empresas como Toyota, Rolls Royce o Airbus y que tiene deseos de atraer capital de nuevos sectores, como, por ejemplo, los centros de datos.
Aunque Trump ha aplicado presiones arancelarias para fomentar la inversión extranjera, varios directivos de multinacionales destacaron el "buen momento" para invertir en EEUU, tanto por la agilidad regulatoria como por la protección a la propiedad intelectual.
Una "era vibrante"
La consejera delegada de Siemens, Barbara Humpton, afirmó que el país vive una "era vibrante", destacando iniciativas gubernamentales en tecnología, inteligencia artificial y ferrocarril de alta velocidad. Siemens ha centrado inversiones recientes en manufactura de trenes en Carolina del Norte y equipos eléctricos en Texas y California, esenciales para los centros de datos.
La alta demanda energética de estos servidores representa un gran desafío, especialmente para el estado de Virginia, el mayor concentrador de centros de datos del mundo.
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