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Sin embargo, hasta ahora, Canarias estaba desaprovechando sus excelentes recursos naturales, no obstante, ya se vislumbran visos hacia un cambio del paradigma energético en Canarias.

Analizando la situación energética del archipiélago a día de hoy, las Islas Canarias  es una de las comunidades que está más a la cola en la implantación de energías renovables.  La electricidad proviene en su mayor parte de la combustión de productos derivados del petróleo y a un precio elevadísimo. Solo el 7,7% proviene de fuentes de energía renovables, situación insostenible tanto medioambiental como económicamente.

El sistema energético de Canarias se caracteriza por una casi total dependencia del exterior, basada en productos petrolíferos y con unos elevados costes de generación eléctrica. El precio medio diario de la electricidad en Canarias, que procede mayoritariamente de combustibles fósiles, se encuentra, dependiendo de la Isla donde se genere, entre los 18,6 y los 26 c€/kWh, frente a los 5,0 c€/kWh., aprox.,  de la península. Es decir, más de cuatro veces más de media cuesta la energía en el archipiélago que en la península. Este sobrecoste no se repercute a los consumidores canarios sino que lo asumen todos los españoles en la factura de la luz.

La transición energética en las islas se está produciendo de forma pausada pero constante hacia las energías renovables. A día de hoy, tal y como indican los datos proporcionados por Red Eléctrica de España (REE), Canarias solo consiguió cubrir el 7,7% de la demanda total de electricidad 2017 con energías renovables.

Ahora bien, el paradigma energético a corto medio plazo en Canarias es deslumbrante, gracias a las ventajas y oportunidades que presenta, ya que dispone de unas condiciones climáticas inmejorables y cuantiosos recursos energéticos renovables; dispone de una elevada irradiación y de unos vientos que cumplen sin problema con los rangos de operación de los aerogeneradores. El aprovechamiento de estos recursos es clave para reducir su dependencia energética del exterior y las emisiones de gases de efecto invernadero, además de contribuir a la promoción y desarrollo de la economía local potenciando la cohesión social y territorial.

Con este propósito, el archipiélago canario, se ha puesto como objetivo en el año 2025 que el  45% de su demanda de electricidad, sea cubierta con fuentes renovables.

En este sentido, el Viceconsejero de Industria, Energía y Comercio de Canarias, Gonzalo Piernavieja, explicaba que se espera tener puestos en marcha antes del 31 de diciembre de 2018 los parques eólicos que se inscribieron en el sistema retributivo específico de Canarias ( Orden IET/1459/2014). Con la instalación de esta nueva potencia eólica instalada, a finales de año, el 20% de la electricidad final en Canarias, tendrá origen renovable.

Para que este cambio de modelo tenga lugar de forma ordenada y sostenida, es  imprescindible que vaya acompañado de medidas que van desde la implantación de mejoras en la red de transporte, hasta la mejora de interconexiones entre islas para robustecer las redes del archipiélago. Es decir, cualquier desarrollo debe ir acompañado de medidas que aseguren la accesibilidad, la conectividad, calidad y seguridad, pasando por la apuesta en el desarrollo de sistemas de almacenamiento.

En este sentido en las Islas Canarias, ya existen proyectos que son referente y dignos de elogio por su contribución y respeto al medio ambiente. Así por ejemplo, la Isla de La Palma ganó el primer premio al mejor proyecto de “Smart Island” en el Primer Congreso Mundial de Islas inteligentes en el 2017.

Además, la Isla bonita, tal y como se conoce a la Isla de la Palma, ha pasado en los últimos meses de no tener apenas ninguna instalación fotovoltaica para autoconsumo, a contar con 23 instalaciones. Así, se ha convertido en la región con más viviendas con autoconsumo por número de habitante. Tras este éxito, se están movilizando muchas iniciativas para seguir instalando sistemas fotovoltaicos en los tejados. Instaladores como, por ejemplo, la empresa local Multisistemas E2, ya han instalado más de 400 kW en la Isla de La Palma, no siendo el único instalador de la zona. Todo ello, da muestra del interés que se percibe en la isla.

Otro ejemplo, la Isla de El Hierro, también ha sido noticia por marcar el hito de abastecerse de energía, durante 18 días seguidos, con energías renovables el pasado mes de febrero.

Son indiscutibles los beneficios que se obtienen de la implantación de las energías renovables, y que se pueden trasladar a otros sectores en Canarias. En el agropecuario existe una gran oportunidad para la electrificación de las explotaciones ganaderas. Por su parte, las distintas desaladoras y depuradoras del archipiélago pueden cubrir la mayor parte de su demanda a través de fuentes renovables.

Pero, sin ir más lejos, existe un elevado potencial de instalación en edificios públicos, permitiendo al ejecutivo autonómico cumplir con el papel ejemplarizante que, como administración pública, se le presupone.  De forma somera, el potencial se extiende hasta la creación de una red insular de puntos de recarga para vehículos eléctricos, o la sustitución de alumbrado público alimentado por energías renovables en diferentes espacios de la Isla, o la introducción de sistemas de climatización geotérmicas, etc.

Uno de los principales beneficiaros de la implantación de las energías renovables en Canarias es, sin duda alguna el sector platanero. Efectivamente, las musas o plataneras necesitan riegos frecuentes todos los días en primavera y verano, y unas cuatro o cinco veces por semana en invierno. El bombeo con instalaciones fotovoltaicas tiene importantes aplicaciones en este campo, y su implantación podría redundar en ahorros importantes en el consumo de agua. En este sentido, según un estudio realizado por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), el consumo anual de agua promedio de la platanera alcanza los 11.430 m3 /Ha/año.

La platanera constituye el cultivo de mayor demanda hídrica en Tenerife y representa el 60% del consumo de agua agrícola insular (50,75 hm3 /año), con un regadío por goteo impulsado por tecnologías renovables, los ahorros pueden resultar muy importantes.

Las energías renovables ya han alcanzado el punto de competitividad frente a las tecnologías fósiles. Sin embargo, para acelerar su implementación, existen diferentes programas de ayudas para impulsar y mejorar la gestión energética de Canarias a través de las actuaciones recogidas en los programas y proyectos presentados por cabildos, ayuntamientos y universidades que tienen como objetivo avanzar en la implantación de sistemas energéticos más eficientes, sostenibles y acordes a los recursos naturales del archipiélago.

A dichas ayudas hay que añadir la decisión del Ejecutivo sobre impulsar una Ley del Suelo, haciendo compatible el suelo rústico con las renovables. Esta decisión también beneficia a la implantación de energías renovables en suelos que previamente no estaban permitidos, para lo cual solo se precisa una licencia municipal.

En resumen, el “estallido energético” ya se está produciendo en el archipiélago canario y, siguiendo este camino, Canarias será una referencia mundial de región avanzada que ha sabido acomodar su progreso al de un desarrollo plenamente equilibrado, sostenible e integrador.

Ya lo dijo el expresidente Obama allá por 2015, “Solo tenemos un planeta, no hay plan B”, y las Islas Canarias lo tienen claro, no hay otra posibilidad que no sea el Plan A.

Lucia  Dolera es Directora técnica de Haz Energía

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