Movilidad

El transporte limpio despega

Se han vendieron más de 89.000 camiones eléctricos en el primer semestre de 2025, un 140% más que en el mismo período del año anterior

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Las ventas de camiones pesados ​​eléctricos están en auge. Según los últimos datos del equipo de analistas de BloombergNEF, se vendieron más de 89.000 camiones eléctricos en el primer semestre de 2025, un 140 % más que en el mismo período del año anterior. China representó casi 80.000 de ellos, y las ventas en Europa representaron la mayor parte del resto. Las ventas en EE. UU. se redujeron a tan solo 200 unidades.

El mercado mundial de camiones pesados ​​lleva un retraso de unos cinco años respecto a los vehículos de pasajeros en cuanto a la adopción de vehículos eléctricos. Es un mercado difícil de penetrar por diversas razones, como los exigentes ciclos de trabajo, los estrechos márgenes y la incertidumbre sobre los valores residuales. Muchas de estas preocupaciones se están abordando progresivamente mediante baterías mejores y más económicas, una infraestructura de carga más especializada y una mayor experiencia operativa de las flotas.

El mercado de camiones pesados limpios está en pañales y dominado por China en más de un 80%
Los vehículos eléctricos y de pila de combustible representaron menos del 2% de las ventas mundiales de camiones pesados en el segundo trimestre de 2024, pero la economía de los e-trucks no deja de mejorar, según BloombergNEF.

Alrededor del 4% de las ventas mundiales de camiones pesados ​​y medianos serán eléctricos este año, pero en China esa cifra rondará el 14 %. Algunos mercados europeos apuntan a una tendencia aún mayor. La demanda de gasolina ya ha alcanzado su punto máximo en varios países, pero muchos consideraban que el diésel sería un sector de crecimiento seguro para los próximos años. Si las ventas de camiones eléctricos mantienen su constante tendencia al alza, esta suposición no se mantendrá por mucho tiempo.

Las ciudades dan un paso al frente

El apoyo político a los camiones eléctricos se está fortaleciendo en algunos mercados y flaqueando en otros. China cuenta con estándares de eficiencia cada vez más estrictos para los camiones, junto con numerosos incentivos para la compra e infraestructura de carga, además de programas de desguace para camiones antiguos.

En Europa, los objetivos de emisiones de CO2 para camiones entraron en vigor en 2025 y se prevé que impulsen niveles mucho mayores de adopción de vehículos eléctricos. Si bien estos estándares siguen vigentes, la Comisión Europea ha flexibilizado los requisitos de cumplimiento de objetivos similares para automóviles y furgonetas, por lo que algo similar podría ocurrir en el mercado del transporte por carretera. En EEUU, los cambios regulatorios ya están ralentizando el mercado.

Las políticas municipales están desempeñando un papel cada vez más importante. Las compras de furgonetas comerciales eléctricas se dispararon en los Países Bajos, alcanzando más del 80 % de las ventas en el primer semestre de este año, la cifra más alta a nivel mundial, después de que el gobierno permitiera a los municipios designar zonas urbanas de cero emisiones. Hasta la fecha, 18 ciudades, entre ellas Ámsterdam, La Haya y Eindhoven, han implementado dichas zonas, y 11 más están en planificación.

El transporte eléctrico de larga distancia ya está aquí

La mayoría de los camiones pesados ​​eléctricos aún circulan en ciclos de trabajo urbanos y regionales más cortos, pero esto está empezando a cambiar. Nuevos modelos de camiones de larga distancia están llegando al mercado de Volvo, MAN, Mercedes-Benz y otras marcas.

Junto con el Tesla Semi, estos son los primeros modelos fuera de China que entran en producción en serie y son técnicamente capaces de operar en ciclos de trabajo pesados ​​y de larga distancia. Si bien antes era un caso de uso muy difícil de abordar, estos vehículos ahora están llegando a las carreteras con compradores que incluyen empresas de logística y productos de consumo.

La eficiencia energética de estos vehículos puede ser de 2 a 3 veces superior a la de sus equivalentes diésel, ya que su rentabilidad puede ser atractiva en zonas con precios elevados del combustible o bajos costes de electricidad. La mayoría de los modelos de larga distancia vienen equipados con capacidad de carga a escala de megavatios, y se están empezando a instalar más estaciones de carga dedicadas para camiones.

Las garantías de las baterías son cada vez más largas

La incertidumbre sobre la longevidad de las baterías ha sido un desafío para los camiones eléctricos, lo que ha generado preocupación por el valor residual y mayores costos de financiamiento. A medida que los fabricantes de camiones adquieren mayor confianza en la tecnología, los períodos de garantía de las baterías aumentan constantemente.

Mil estaciones de carga serán suficientes para abastecer el tráfico de camiones eléctricos en Europa
Un millar de estaciones de carga rápida serán suficientes para abastecer más del 90% de la demanda por el tráfico de camiones eléctricos de larga distancia.

Los modelos de larga distancia, como el Mercedes-Benz eActros 600, ahora ofrecen una garantía de batería de más de 700.000 kilómetros, mientras que Iveco ofrece una de 1,2 millones de kilómetros (750.000 millas). Algunas garantías se han duplicado con los últimos modelos de camiones. Unas garantías de batería más largas ayudarán a reducir las tasas de depreciación de los camiones eléctricos, que han sido altas en algunas de sus primeras versiones.

Las ventas de camiones de pila de combustible están en caída libre

Tras perder el mercado automovilístico, muchos defensores de los vehículos de pila de combustible depositaron sus esperanzas en los camiones pesados ​​como la aplicación donde el hidrógeno brillaría. Esta idea ha perdido fuerza, con la caída en picado de las ventas de camiones de pila de combustible y una ola de quiebras que azota el sector, desde Nikola hasta Hyzon Motors y otras empresas. Los camiones eléctricos medianos y pesados ​​ahora superan en ventas a sus homólogos de pila de combustible en una proporción de casi 100 a 1.

Las perspectivas del hidrógeno en el transporte por carretera son sombrías. El coste de los vehículos y del combustible sigue siendo elevado, la infraestructura es compleja, los compradores parecen desinteresados ​​y los generosos subsidios gubernamentales no durarán para siempre. La neutralidad tecnológica es una buena política, pero en algún momento, el mercado decide qué va a funcionar. Una vez que eso sucede, es mejor no intervenir.

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