Endesa prevé el reparto de hasta 5.390 millones de euros en dividendos entre sus accionistas en el periodo 2022-2025, ya que el grupo extenderá su política de un 'pay out' al 70% al último ejercicio del periodo, según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La energética, que ha actualiza su estrategia para el trienio 2023-2025, ha revisado su estimación de resultado ordinario neto para este 2022, que era de 1.800 millones de euros, y ahora la eleva a unos 2.200-2.300 millones de euros, hasta casi un 28% más.
Para 2023, Endesa prevé que este resultado ordinario neto (la base para el reparto del dividendo) descienda hasta los 1.400-1.500 millones de euros, aunque se recuperará en 2024 a una horquilla 1.700-1.800 millones de euros y en 2025 se situará en los 2.000-2.100 millones de euros. En total, a lo largo de estos cuatro años esta partida podrían ascender hasta los 7.700 millones de euros.
El grupo mantiene su política de dividendo, extendiendo el 70% de 'pay out' un año más, a 2025. No obstante, con el incremento revisado de su resultado ordinario neto para este ejercicio, el dividendo para sus accionistas para 2022 crece hasta los 1,5 euros por acción, desde los 1,2 euros previstos. La compañía indicó que este importe se abonará el próximo año en un solo pago, atendiendo a criterios de prudencia debido a la actual situación del mercado.
Para el periodo 2023-2025, Endesa, de la que la italiana Enel es el principal accionista con una participación del 70%, prevé unos dividendos para sus accionistas de 1 euro para el primero de los años, 1,2 euros para el segundo y situarlo ya en 1,4 euros por título en 2025.
También ha revisado al alza su meta de resultado bruto operativo (Ebitda) para este año la compañía, elevándolo hasta los 5.000-5.300 millones de euros, frente a los 4.100 millones de euros previstos.
Para el periodo 2023-2025, Endesa dibuja una senda de Ebitda que va desde los 4.400-4.700 millones de euros para el primero de los ejercicios, a los 4.900-5.200 millones de euros para el segundo, para finalizar con un Ebitda entre los 5.200-5.500 millones de euros.
500 millones por el impuestazo
En lo que respecta a la deuda bruta del grupo, descenderá hasta una horquilla de 12.700-13.200 millones de euros en 2025 desde el cierre estimado de 2022 en 18.300-18.800 millones de euros.
La deuda neta crecerá hasta el entorno de 11.600-12.100 millones de euros, por el esfuerzo inversor en el periodo y por el impacto del nuevo impuesto a las energéticas en España, que Endesa estima que le supondrá unos 500 millones euros en los dos años en que estará en vigor.
El coste medio de la deuda será del 2,7% en 2025, desde el 1,5% a cierre del presente ejercicio. La ratio de deuda neta sobre Ebitda se mantendrá significativamente por debajo del promedio del sector en un nivel saludable del 2,1%.
Inversiones de 8.600 millones, un 15% más
La estrategia de la energética para prevé unas inversiones de hasta 8.600 millones de euros en los próximos tres años, un 15% más, para crecer en renovables y electrificación.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, destacó que en el actual contexto de mercado, la aceleración de la electrificación de los consumos energéticos a partir de fuentes limpias "se revela como la vía para lograr un sistema energético confiable en toda Europa, que reduzca la volatilidad de los precios y contribuya a la recuperación económica".
"Los Gobiernos están buscando vías para asegurar precios asequibles, seguridad de suministro y sostenibilidad ambiental. Desde Endesa, queremos apoyarnos en las fortalezas de nuestro modelo de empresa verticalmente integrada para cubrir una proporción cada vez mayor de los contratos a precio fijo con nuestros clientes con nuestra creciente producción libre de emisiones. Ello nos permitirá reducir nuestro perfil de riesgo y garantizar precios competitivos a familias, empresas y administraciones", añadió al respecto.
En esa apuesta por impulsar las energías 'verdes', destinará la mitad de esa inversión, unos 4.300 millones de euros -un 39% más que en el plan previo-, a renovables con el objetivo de sumar 4.400 megavatios (MW) -3.000 MW de potencia solar y 1.400 MW de eólica- de nueva potencia solar y eólica, para alcanzar un parque al final del periodo los 13.900 MW.
Con ello, el grupo estima que el 91% de su producción eléctrica en la Península Ibérica será libre de emisiones, desde el 72% previsto a cierre del presente año. Endesa acelera así la senda hacia las cero emisiones netas, sin uso de tecnologías de almacenamiento de carbono, fijada para 2040 para el conjunto de la compañía.
Este crecimiento en renovables se sustenta en una cartera de proyectos de unos 85 gigavatios (GW), de los que 14 GW están en un estado de tramitación administrativa madura y algo más de 1.000 MW están ya en ejecución. El 58% de esta cartera es solar, el 16% eólica y otro 20% corresponde a proyectos de almacenamiento con baterías.
En este sentido, el plan de la compañía para el periodo 2023-2025 incluye ya 200 MW de este tipo de almacenamiento, tecnología que se incorpora como novedad respecto al plan anterior asociada a los dos grandes proyectos de transición justa ganados este año en Pego (Portugal) y Andorra (Aragón).
Por su parte, la extensión de la oferta de valor de servicios y suministro eléctrico para clientes asumirá otros 900 millones de euros de las inversiones del grupo.
Una cartera de 7,3 millones de clientes en mercado libre
Endese prevé un incremento de su cartera de contratos en el mercado libre de un 6%, hasta los 7,3 millones a cierre del periodo, lo que ayudará a que el volumen total de ventas liberalizadas de electricidad a precio fijo crezca un 2%, hasta 51 terawatios hora (TWh).
A lo largo del plan, la energética prevé seguir con una política de precios para sus clientes a precio fijo -por debajo de las cotizaciones del mercado 'spot' eléctrico- y que en 2025 sean incluso un 10% inferiores respecto a 2022.
En lo que respecta al volumen de sus puntos de recarga públicos y privados, estima que se multiplicarán por cinco respecto del cierre de 2022, alcanzando los 66.000.
Mientras, a la digitalización de la red de distribución como activo clave para facilitar la transición energética destinará otros 2.600 millones de euros de sus inversiones, ligeramente por debajo del periodo 2022-2024 para adaptarse a un contexto de mayor incertidumbre regulatoria.
Esta inversión se distribuye en tres ejes: la digitalización, que supone el 42%; la adaptación de la red a las nuevas necesidades de los clientes, como el autoconsumo o la generación distribuida, que absorbe otro 34%; y otro 24% para reforzar la calidad y resiliencia, con el objetivo de que tanto las pérdidas como el tiempo de interrupción.
En cuanto a los marcos regulatorios de la actividad de distribución, la compañía considera que deben de facilitar su transformación para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
WWF
23/11/2022