¿Qué es antes, el huevo o la gallina? El inmortal dilema del filósofo griego Aristóteles se puede aplicar a la transición energética que debe emprender España si quiere cumplir con los Acuerdos de París en la reducción de emisiones. Para Álvaro Nadal no hay duda, habrá que esperar a conocer los objetivos 2030 en materia de renovables, eficiencia energética y reducción de emisiones. Unas decisiones que podrían llegar a su fin, en el mejor de los casos, en octubre que viene, lo que retrasaría aún más la aprobación de las directivas y por tanto, su transposición a la normativa española.
Sin embargo, las eléctricas esperan conocer cuál es la hoja de ruta que se va a seguir en los próximos doce años para acometer inversiones. Y no solo el sector, también la banca, decenas de multinacionales y pymes españolas que han pedido mediante un manifiesto "a los poderes públicos" a que "en 2018 lleguen a un acuerdo que facilite la aprobación de una ley de cambio climático y transición energética estable, ambiciosa y eficaz".
Pero ¿es posible presentar una Ley de Transición Energética antes de conocer los objetivos europeos a 2030? "Lo peor que podemos hacer ahora es estar de brazos cruzados esperando", señala Francisco Valverde, analista y experto en el sector eléctrico, "porque lo que sí sabemos con seguridad es que la Unión Europea y España tienen que cumplir con París, lo que supone que en 2050 tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% (mínimo) y un 40% en 2030, por lo que no hay otra que seguir fomentando las renovables y la eficiencia energética, ".
Para el consultor, "Mariano Rajoy no era consciente de lo que firmaba el día de la ratificación del Acuerdo climático (hace ya dos años). Es un cambio tan grande que las primeras medidas tenían que haberse hecho puesto en marcha ya, porque si no haces nada, en unos años tendrás que hacerlo todo rápido y más caro". Por eso, en su opinión, "el Ministerio de Energía ya puede presentar su Ley de Transición Energética, porque ya tiene el informe del 'comité de sabios' y los objetivos de París, y solo faltarían las decisiones de Europa, que cuando llegaran solo tendría que hacer unos ajustes".
"Lo que hace Nadal es buscarse una excusa, no tiene que ver que esté pendiente aprobarse el 'paquete de invierno' porque España, antes que todo, tiene un compromiso internacional", explica Javier García Breva, asesor en políticas energéticas, presidente de N2E y miembro del Consejo Editorial de El Periódico de la Energía, "cualquier autoridad económica en este país debería haber hecho ya un cálculo, desde 2016, del esfuerzo que tiene que hacer España y una hoja de ruta para cumplir con los objetivos de reducción de CO2, el 40% en 2030 respecto a 1990".
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