La disparidad en los precios de la electricidad entre los países europeos ha encendido el debate sobre la viabilidad de establecer un precio único para toda la industria electrointensiva del continente. La siderurgia italiana, representada por la asociación Assofond, ha sido la última en alzar la voz, pidiendo una armonización de los costos energéticos para eliminar las diferencias que consideran "insostenibles" y que, según ellos, ponen en desventaja a las empresas italianas frente a sus competidores europeos.
Actualmente, los precios de la electricidad varían significativamente entre países. Según el barómetro de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), a finales de agosto de 2024, el precio del megavatio-hora en España se situaba en 64,07 euros, mientras que en Francia era de 22,88 euros y en Alemania de 35,34 euros. Estas diferencias, a menudo resultado de políticas nacionales dispares, plantean serias dificultades para la competitividad industrial en Europa.
Pedro González, director general de AEGE, considera que la propuesta de un precio único no resolvería el problema subyacente. "No se trata de imponer un precio igual para todos", declara González a El Periódico de la Energía, "sino de garantizar que todos los países adopten una metodología común para determinar los costos energéticos". La clave, según González, está en que todos los países europeos se enfrenten a los mismos costos por conceptos como peajes, cargos adicionales e impuestos, evitando que algunos países, como Alemania y Francia, disfruten de ventajas competitivas debido a sus políticas energéticas nacionales.
Este debate no es nuevo, pero ha ganado fuerza en los últimos años, especialmente después de la crisis energética de 2022, desencadenada por la invasión rusa de Ucrania. Aunque los precios han retrocedido desde entonces, la volatilidad y las diferencias entre mercados siguen siendo una preocupación central para la industria europea.
Propuesta italiana
La propuesta italiana pone de relieve una preocupación compartida por muchas industrias electrointensivas en Europa: la necesidad de mejorar la competitividad en un mercado global cada vez más exigente. A medida que Europa avanza hacia una mayor autonomía energética y un menor uso de combustibles fósiles, garantizar que las industrias puedan competir en igualdad de condiciones se ha convertido en un tema crucial.
Italia, en particular, enfrenta una situación complicada, con algunos de los precios de electricidad más altos del continente —125,58 euros/MWh en el día de ayer frente a los 108,55 euros/MWh de España o los 101,73 euros/MWh de Francia—. A pesar de las medidas fiscales que el gobierno italiano ha implementado para aliviar la carga sobre su industria, las diferencias con otros países europeos persisten, alimentando la demanda de un cambio en la política energética a nivel continental.
Marco regulatorio común
Sin embargo, la idea de un precio único de la electricidad para toda Europa es vista con escepticismo por algunos expertos, quienes consideran que imponer una tarifa uniforme podría generar nuevas inequidades. La solución, argumentan, pasa por establecer un marco regulatorio común que permita a todas las industrias europeas acceder a los mismos beneficios y enfrentar los mismos costos, sin importar su ubicación geográfica.
Mientras la propuesta de un precio único de la electricidad para toda la industria electrointensiva europea sigue siendo objeto de debate, lo que parece claro es que la competitividad de la industria europea dependerá de la capacidad de los gobiernos para coordinar políticas energéticas que ofrezcan un terreno de juego más equitativo. En un momento en que la autonomía energética y la sostenibilidad son más importantes que nunca, encontrar un equilibrio entre la armonización de costos y la diversidad de políticas nacionales será clave para el futuro industrial de Europa.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios