España se encuentra en plena transformación energética mientras se prepara para cumplir con la reciente Directiva (UE) 2023/2413, conocida como DER III, que refuerza los compromisos de los países de la Unión Europea en la adopción de energías renovables.
La nueva normativa, que modifica la Directiva (UE) 2018/2001 (DER II), establece objetivos más ambiciosos en sectores clave como la industria y el transporte, con la meta de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática antes de 2050.
Nuevas exigencias
El sector industrial deberá adaptarse a las nuevas exigencias de la DER III, que obliga a que el 42% del hidrógeno utilizado en la industria provenga de fuentes renovables para 2030, cifra que ascenderá al 60% en 2035. Esta medida pretende acelerar la transición hacia una industria más sostenible, minimizando la dependencia de fuentes de energía fósiles. Además, se fomentará la creación de sistemas de etiquetado voluntarios que permitan a los consumidores identificar productos elaborados con energía renovable, un movimiento que busca incentivar prácticas de producción más responsables y sostenibles.
El transporte, uno de los sectores con mayor impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero, también será objeto de cambios profundos. Para 2030, se establece que al menos el 29% de la energía consumida en el transporte debe ser de origen renovable, o en su defecto, lograr una reducción del 14,5% en la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero. La implementación de esta medida ya ha comenzado en España con la aprobación de la Orden TED/728/2024, que promueve el uso de biocarburantes y otros combustibles renovables en el sector.
Base de datos
La DER III también introduce estrictas normativas sobre el uso de biomasa, reforzando los criterios de sostenibilidad y estableciendo nuevas restricciones para la explotación de biomasa forestal en áreas de alta biodiversidad. Estas medidas buscan no solo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también proteger los ecosistemas más vulnerables de Europa.
Otro pilar fundamental de la DER III es la creación de una Base de Datos de la Unión, que comenzará a operar en noviembre de 2024. Esta base de datos permitirá una mayor transparencia y trazabilidad en las cadenas de suministro de combustibles renovables, extendiéndose a todos los sectores de consumo. Se espera que esta herramienta facilite la supervisión de las pruebas de sostenibilidad y prevenga posibles fraudes, garantizando que los combustibles renovables cumplan con los altos estándares establecidos por la normativa europea.
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