El sector europeo de la energía nuclear depende en gran medida de las importaciones de uranio ruso, según un informe de las ONG Amigos de la Tierra Alemania ( BUND ), la Fundación Futuro Libre de Armas Nucleares, la Fundación Rosa Luxemburg, Greenpeace y Ausgestrahlt.
En 2020, los países de la UE recibieron el 20,2 por ciento de sus necesidades de uranio de Rusia y otro 19,1 por ciento provino del aliado ruso Kazajstán, según el informe. La dependencia del uranio ruso es mayor en Europa del Este, donde 18 plantas de energía nuclear están calibradas para utilizar los elementos combustibles hexagonales proporcionados por Rosatom.
Esta corporación estatal rusa también tiene participaciones en minas de uranio en Canadá, Estados Unidos y sobre todo Kazajstán, lo que la convierte en el segundo mayor productor de uranio del mundo, señala el informe.
Más de un tercio de la demanda mundial de uranio enriquecido, necesario para el funcionamiento de las centrales nucleares, proviene de la empresa rusa. Según el operador de la central nuclear alemana PreussenElektra, los tres reactores restantes de Alemania también funcionan principalmente con uranio ruso y kazajo.
Rosatom
A diferencia de los embargos sobre los combustibles fósiles rusos, la reducción de la dependencia de Rosatom ha sido poco discutida desde la decisión del presidente Vladimir Putin de invadir Ucrania y actualmente no existen sanciones sobre las importaciones de combustible nuclear ruso para uso civil.
A pesar de los llamamientos a mantener en funcionamiento las plantas de energía nuclear existentes para ahorrar carbón y gas natural, el gobierno de Alemania se mantiene firme en su decisión de cerrar la última planta nuclear del país a fines de este año.
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