Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), ha lanzado una advertencia clara a España: reconsiderar su calendario de cierre de plantas nucleares ante los riesgos que supone depender de fuentes energéticas externas en un contexto geopolítico incierto.
Durante su intervención este martes en la 18ª edición de Energy Prospectives, un evento organizado por la Fundación Naturgy y el Club Español de la Energía en la sede del IESE en Madrid, Birol instó al país a analizar el impacto negativo que el cierre de las nucleares ha tenido en Alemania, tanto para su industria como para su economía, como un ejemplo a tener en cuenta.
“El motivo ya no es, como hace unos años, una cuestión de conciencia ecológica. Los países tienen que prepararse para una nueva era en la que la seguridad energética es el principal reto. Si no produces tu propia energía, estás en riesgo”, afirmó Birol. Asimismo, el experto destacó que 2025 será un año récord en la producción mundial de energía nuclear, con 70 gigavatios (GW) en construcción, la cifra más alta en una década. “Les guste o no, la energía nuclear está regresando con fuerza”, sentenció.
Birol subrayó que los acontecimientos geopolíticos, como la invasión de Ucrania por Rusia y el corte de gas ordenado por Putin, han impulsado esta apuesta global por la nuclear. Puso como ejemplo a Bélgica, que ha extendido la vida útil de sus centrales, frente a Alemania, cuya dependencia de gas ruso y paneles solares chinos ha evidenciado las debilidades de una política energética basada en proveedores externos.
Competencia global
El experto también analizó la situación de Europa, un continente con costes energéticos para su sector industrial y manufacturero muy superiores a los de EEUU o China. “No somos ricos en energías fósiles y dependemos de importaciones, por lo que Europa debe identificar su ventaja competitiva”, afirmó. En este sentido, abogó por políticas que prioricen tecnologías de bajo coste, como la solar, la eólica (tanto terrestre como marina) y, en algunos países, la nuclear. “La electrificación es una oportunidad para Europa, pero debe ser pragmática y no olvidar el cambio climático”, añadió.
A corto plazo, Birol destacó que los próximos tres o cuatro años ofrecerán una ventana de oportunidad gracias a la abundancia de gas natural en los mercados, lo que reducirá su precio y dará margen a Europa. Sin embargo, advirtió que el hidrógeno, pese a sus prometedoras perspectivas, no será relevante en los próximos cuatro o cinco años debido a su alto coste actual.
Nueva era de la electricidad
Birol describió el surgimiento de la “era de la electricidad”, que reemplaza a la del carbón y el petróleo-gas, fuentes que, aunque seguirán presentes, ceden protagonismo ante la creciente demanda eléctrica. En 2024, esta demanda global creció por encima de las medias históricas, impulsada por los países emergentes, especialmente en Asia, pero también por los desarrollados, incluida España. Factores como el cambio climático —con un aumento del uso de aire acondicionado—, la proliferación de vehículos eléctricos y el auge de la inteligencia artificial (IA), con sus centros de datos, explican este fenómeno. “Por primera vez, los países desarrollados también están aumentando su consumo energético”, apuntó.
Mientras el consumo de gas y GNL se mantiene fuerte y se prevé que continúe así en los próximos años, el petróleo registra una caída. Para Birol, las renovables, lideradas por la solar, y el resurgimiento de la nuclear —que este año alcanzará niveles récord en Europa, Asia y Oriente Medio– serán clave para enfrentar esta nueva era. “Los países bien preparados tendrán una ventaja competitiva”, afirmó.
Sin embargo, la transición no está exenta de retos. Birol identificó las redes de distribución como el “talón de Aquiles” de la electrificación. Aunque celebró la rapidez en el desarrollo de proyectos de generación, alertó sobre los cuellos de botella en la construcción de redes, proponiendo simplificar procesos y regulaciones sin comprometer la calidad.
Iases
08/04/2025