Francia está inquieta por las reticencias de España y Alemania para apoyar su propuesta para que la UE considere "limpio" el hidrógeno producido con electricidad de centrales nucleares, y advierte de que en caso contrario el proyecto de hidroducto Barcelona-Marsella estaría en peligro.
Fuentes del Ministerio francés de la Transición Ecológica señalaron este viernes a Efe que sin la aportación de la energía nuclear para producirlo, no se podría inyectar el hidrógeno necesario para rentabilizar ese conducto, y por tanto no se podría construir.
A la pregunta de si Francia va a utilizar el futuro de ese hidroducto (bautizado H2Med) para hacer presión a sus dos socios, las fuentes respondieron que las cosas no se plantean así: "España y Alemania, como nosotros, no queremos que la viabilidad de esos proyectos se vea amenazada".
Sobre todo, insistieron en que tanto Berlín como Madrid han reconocido como limpio el hidrógeno producido con electricidad nuclear, por sus bajas emisiones de carbono.
A ese respecto, se refieren por una parte a la declaración de la cumbre francoespañola del 19 de enero en Barcelona, en la que participaron el presidente francés, Emmanuel Macron y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Por otra, a lo que firmaron el propio Macron con el canciller alemán, Olaf Scholz, en el consejo de ministros francoalemán del 23 de enero.
Negociación para incluir el hidrógeno rosa
A partir de esas bases, París espera que "eso se traduzca en la negociación en Bruselas", donde se tiene que discutir qué estatuto se da al hidrógeno generado con electricidad nuclear de cara a los objetivos que se va a marcar la Unión Europea (UE) para el hidrógeno limpio.
Las advertencias francesas sobre el H2Med son consecuencia, precisamente, de la "inquietud" de la ministra gala de la Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, sobre la posición que están adoptando Madrid y Berlín.
En el proyecto de directiva europea sobre las energías renovables RED3 se plantea la fijación como objetivo que el 42% del hidrógeno utilizado en la industria en el horizonte de 2030 se produzca con energías renovables y el 60% en 2035. Hay que tener en cuenta que, en la actualidad, alrededor del 95% procede de combustibles fósiles, que generan muchas emisiones de carbono.
Francia no pretende que el hidrógeno generado con electricidad nuclear sea catalogado como "renovable", pero sí que aquél sea excluido de la base de cálculo para cumplir con esos objetivos del 42% y del 60%, es decir que no se ponga en el mismo saco que el producido con combustibles fósiles.
Se trataría así de que "las negociaciones en Bruselas tengan en cuenta la realidad de las cosas", es decir, los "esfuerzos" que ha hecho Francia para descarbonizar su economía con la energía nuclear, según el departamento de la Transición Ecológica, que precisó que, sobre ese punto, "las discusiones continúan" entre los tres países.
Mix descarbonizado y limpio
Su argumento es que "el mix energético de Francia es un mix descarbonizado" gracias a la energía nuclear, y si se ignora ese hecho "no alcanzaremos nuestros objetivos climáticos" únicamente con el impulso que se le quiere dar a las renovables.
En Francia, alrededor del 70 % de la electricidad es de origen nuclear gracias a su parque de 56 reactores atómicos.
Macron ha reforzado su apuesta por la energía nuclear desde el anuncio en enero de 2022 de que su país se va a embarcar en la construcción de al menos seis nuevos reactores atómicos que deberían entrar en servicio a partir de 2037. Su Gobierno ha lanzado, además, los procedimientos para prolongar la vida útil de los que están actualmente en servicio al menos hasta los 60 años.
Alemania y España, por el contrario, tienen intención de cerrar todas sus centrales nucleares.
Los próximos 27 y 28 de febrero, los ministros responsables de la política energética de los Veintisiete se reúnen en Estocolmo.
Asimov
13/02/2023