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El Gobierno tramita 53 proyectos de sondeos de fracking

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Un pozo de shale gas en EEUU.
Un pozo de shale gas en EEUU.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, está dispuesto a impulsar contra viento y marea la fracturación hidráulica o fracking, técnica que considera la mayor revolución energética de los últimos tiempos, porque cree firmemente que es la única vía para atajar los elevados costes energéticos que padece la industria. Así, ha dado la orden de que se tramiten las 53 solicitudes para la realización de sondeos con esta técnica que permite obtener gas de esquisto y de la que todavía no se ha concedido ninguna autorización.

Esta es la manera en que el Gobierno lo ha explicado en respuesta a una pregunta del Grupo socialista, en la que, además, añade que algunos sondeos ya tienen el trámite otorgado. Entre los ya vigentes se encuentra el "Cameros 2", que afecta al ámbito territorial de la Rioja; "Juncal 1" (Andalucía); "Angosto 1" (Castilla León, Cantabria y País Vasco); "Ebro A" (La Rioja, País Vasco); "Aries 1" (Castilla -La Mancha, Murcia) y "Aries 2" (Comunidad Valenciana, Murcia). Las otras áreas donde se tramitan o ya están vigentes son Navarra, Castilla -León, Aragón y Cataluña.

Evaluación de impacto ambiental

El Gobierno también recuerda que todo proyecto de sondeo en el que se vayan a aplicar técnicas de fracturación hidráulica debe someterse necesariamente a la evaluación de impacto ambiental ordinaria, y “no es posible continuar con la tramitación de la autorización del proyecto concreto en tanto no se resuelva el trámite ambiental”.

Una cuestión que no es baladí, ya que el aumento de la producción de gas natural mediante técnicas de fractura hidráulica, sobre todo en Estados Unidos, ha causado desde su comienzo una gran preocupación debido a las consecuencias ambientales que pudiera tener. En los últimos años, varios estudios científicos han documentado el riesgo sísmico y de contaminación de acuíferos de los primeros pozos que se comenzaron a explotar en Oklahoma y Pennsylvania (EEUU) en los años 60 y 70 del pasado siglo.

La polémica está más viva que nunca, por los problemas de contaminación, pero recientemente se han publicado algunos estudios que apuntan que los problemas de contaminación no están provocados por la propia técnica de fractura hidráulica, sino que provienen de fallos en la construcción de la cubierta protectora del pozo, según un estudio publicado por la revista_ Proceedings of the National Academy of Sciences_ (PNAS).

La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Duke (EEUU), analizó en total 133 muestras provenientes de pozos de aguas subterráneas de consumo humano en las formaciones Marcellus y Barnett, de Pennsylvania y Texas, respectivamente. Gracias al estudio de los gases nobles y de una serie de marcadores de hidrocarburos presentes en las muestras, los autores pudieron distinguir la procedencia de dichos gases para determinar en cada caso si el gas era de procedencia natural o de origen antropogénico, y en este último supuesto qué causó la contaminación del agua subterránea.

"Nuestros datos sugieren que donde ha ocurrido la contaminación por una fuga de gas natural, ésta se debe a problemas de integridad del pozo en temas de cementación o de la recubierta del pozo", explican en el estudio los autores dirigidos por el investigador Thomas Darrah, de la Universidad de Duke. En favor de esta hipótesis juega el factor de que se ha encontrado más contaminación en las cercanías de los pozos más antiguos, quizá porque la tecnología y el instrumental han mejorado con el tiempo, o porque los pozos extractivos envejecen mal, lo que sí supondría un grave problema para la futura potabilidad del agua.

Este estudio, que ha salido diez días después de otro realizado sobre el agua superficial, no subterránea, fortalecerá el debate sobre el gas no convencional en la Unión Europea. Francia ha prohibido el fracking, y en Reino Unido se ha autorizado de nuevo tras un accidente sísmico, otro de los riesgos, mientras Polonia será el primer país con explotaciones masivas. En España, el ministro Soria, como ya se ha dicho, es partidario de la explotación, siempre y cuando se superen las evaluaciones medioambientales. Habrá que confiar que, por el bien de todos, así sea, sin riesgos medioambientales y con la cimentaciones bien hechas.

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