Ningún comentario Las principales compañías energéticas españolas -Iberdrola, Naturgy, Endesa, Repsol y Cepsa- ganaron juntas casi 10.500 millones de euros, lo que supone cerca de un 25% menos que en el histórico 2022, cuando el inicio de la invasión rusa de Ucrania disparó la volatilidad de los mercados.
Concretamente, y según los datos que han ido publicando cada una de las compañías, esas cinco empresas obtuvieron un beneficio neto conjunto de 10.465,8 millones de euros en 2023, un 24,6% inferior al de un año antes.
La última en presentar sus cuentas ha sido la única de este grupo que no cotiza en el IBEX 35, Cepsa, que este viernes ha informado de que el año pasado perdió 233 millones, frente a los 1.100 millones que ganó en 2022.
Salvo Iberdrola y Naturgy, que mejoraron, el sector se apea de los máximos del ejercicio previo, una evolución que algunas compañías achacan al gravamen -todavía temporal y extraordinario- del 1,2% sobre la actividad no regulada en España, que aprobó el Gobierno para poner coto a los beneficios extraordinarios que pudieran haber obtenido por la situación geopolítica.
Iberdrola lideró las ganancias
Aún así, la primera eléctrica de Europa y la segunda del mundo, Iberdrola, elevó su beneficio neto cerca de un 11%, hasta los 4.803 millones, en 2023, cuando aceleró sus inversiones hasta su nuevo récord de 11.382 millones.
De hecho, su resultado bruto de explotación o ebitda aumentó un 9% respecto al de 2022, hasta los 14.417 millones, impulsado por su "esfuerzo inversor", la normalización de la producción y la eficiencia operativa.
De cara a este año, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que recibió una retribución total de 13,84 millones (un 5,9% más en comparativa interanual), avanzó que la multinacional superará "con creces" los 5.000 millones "por primera vez en 120 años de historia".
Naturgy, de récord
También Naturgy consiguió elevar sus ganancias un 20,4% y batir su mejor resultado, con 1.986 millones, a pesar de que sus ingresos cayeron un 33,4%, hasta los 22.617 millones.
Impulsada por el buen desempeño de las actividades reguladas y liberalizadas internacionales, la generación renovable y la comercialización en España, y la evolución positiva del resultado financiero, su ebitda aumentó un 11% a 5.475 millones.
El propio presidente de la compañía, Francisco Reynés, que percibió 5,469 millones en 2023, un 6,61% menos, reconoció que se habían superado las expectativas en un año volátil y con precios a la baja.
Endesa gana un 71 % menos
Endesa, a diferencia de las anteriores, redujo sus ganancias un 71%, hasta los 742 millones, impactada por el laudo que le obliga a pagar 530 millones a un productor de gas natural licuado (GNL) y por el descenso del margen del negocio de gas, que obtuvo un extraordinario resultado en 2022 por los altos precios. En esta línea, su ebitda fue de 3.777 millones, un 32% inferior.
El citado laudo ya obligó a la compañía a revisar su política de remuneración al accionista hasta el punto de que anunciar que procurará un 70% del beneficio ordinario neto a los dividendos de los ejercicios 2023-2026, con un mínimo garantizado de un euro por acción al año a lo largo del periodo.
Asimismo, se redujo un 14,2% la retribución al consejero delegado de Endesa, José Bogas, hasta los 2,12 millones.
Cae también el beneficio de Repsol
Los menores precios del crudo y del gas, que en 2022 dispararon por la crisis en Ucrania, dejaron el beneficio neto de Repsol en 3.168 millones, un 25,5% menos, y su ebitda cayó un 33%, a 9.254 millones.
El grupo desveló, además, su plan estratégico 2024-2027, conforme al cual prevé efectuar unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones en el periodo, de los que un 25 % irá a EE.UU., aunque las modulará en función del escenario macroeconómico, la tecnología, la regulación y la madurez de los proyectos.
A este respecto, el consejero delegado de Repsol, que ganó 3,93 millones, un 5 % menos, insistió en que no quiere que se rebaje la ambición en la descarbonización, sino una transición "más inteligente".
La segunda petrolera española, Cepsa, registró unas pérdidas de 233 millones en un ejercicio en que sufrió el impacto, además del de los menores precios de los hidrocarburos con respecto a 2022, de no contar ya con su negocio de Exploración y Producción en Abu Dabi, que vendió a Total Energies, y al del gravamen extraordinario a las energéticas, por el que en 2023 pagó 323 millones.
La incógnita del gravamen
De forma más o menos velada, las energéticas -especialmente aquellas que han visto reducidos sus resultados- han criticado el gravamen temporal, que ya tienen recurrido en los tribunales, y permanecen a la espera de saber si el Gobierno finalmente lo convierte en permanente y en qué condiciones.
Más allá de la vía judicial, Endesa, por ejemplo, ha solicitado la devolución de los 208 millones de euros que abonó en 2023 en este concepto, al impugnar las autoliquidaciones presentadas durante el pasado ejercicio, y estima que en este 2024 abonará por el impuesto 202 millones de euros.
Repsol, que también tiene recurrido el gravamen, quiere un marco fiscal "claro y predecible" para seguir invirtiendo en España.
En el caso de la otra petrolera, Cepsa, que pagó por el gravamen el año pasado 323 millones por los ingresos obtenidos en 2022, su consejero delegado, Maarten Wetselaar, ha dicho que es un impuesto "mal diseñado", que grava los ingresos y no los beneficios de las empresas energéticas.
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