Grecia inauguró su segunda planta regasificadora de gas natural licuado (GNL) en el puerto septentrional de Alejandrópolis para reforzar la seguridad energética del sudeste europeo y reducir su dependencia del gas ruso, informó la empresa helena de energía Gastrade.
La planta, cuya construcción fue financiada en parte por la Unión Europea con 157 millones de euros, consta de una planta flotante con una capacidad de almacenamiento de 153.000 metros cúbicos de GNL y tres unidades de regasificación, con una capacidad de 5.500 millones de metros cúbicos anuales.
Esa capacidad de regasificación es alrededor de la mitad de la hasta ahora única planta de este tipo en Grecia, situada en Revithoussa, en el golfo de Megara, al oeste de Atenas.
La nueva central incluye un sistema de gasoductos submarinos y terrestres a través de los cuales se podrá transportar gas al resto de Grecia pero también a Bulgaria -a través del gasoducto IGB inaugurado en 2022-, Rumanía, Macedonia del Norte, Serbia y hasta Moldavia y Ucrania en el este y Hungría y Eslovaquia en el oeste.
El GNL para Grecia
"Si miramos hasta Hungría, incluyendo Ucrania y Moldavia, podemos ver que el aporte actual de gas natural a largo plazo desde Rusia a esta área, incluida Grecia, es de aproximadamente 20.000 millones de metros cúbicos", dijo Maria Rita Gali, directora general de DESFA, el operador de sistemas de transmisión de gas natural en Grecia, al canal de televisión europeo Euronews.
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