La organización ecologista Greenpeace ha pedido al Gobierno español que, en coherencia con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, no bloquee el cierre de las centrales térmicas de carbón de Iberdrola de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), sino que "dé un mensaje sólido de lucha contra el cambio climático y asuma un compromiso para el abandono de las energías sucias y a favor de las energías renovables".
Greenpeace ha aplaudido la decisión de Iberdrola de solicitar al Ministerio de Energía el cierre de sus dos centrales térmicas de carbón en España, que suman 874 megavatios (MW) y que emitieron más de dos millones de toneladas de CO2 en 2016, al tratarse el carbón del combustible que más contribuye al cambio climático.
Dicho plan de cierre incluye el compromiso de mantenimiento del empleo, algo "fundamental", según Greenpeace, para la necesaria transición justa del carbón a la energía sostenible".
Para la organización ecologista, el anuncio de cierre de todas las centrales térmicas de carbón de Iberdrola es "una victoria de la lucha contra el cambio climático", y considera que es "una de las novedades más positivas" de la Cumbre internacional del clima (COP23), cuando se inicia en Bonn el tramo ministerial de la cita.
Greenpeace ha pedido al resto de las grandes eléctricas que operan en España (Endesa, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo) que informen de sus planes de cierre de sus respectivas térmicas de carbón, para que el Gobierno pueda planificar un nuevo sistema eléctrico sin carbón a partir de 2025.
En este sentido, recuerda que de momento, tres de las cinco grandes eléctricas españolas (Iberdrola, Endesa y EDP) han pedido que los objetivos europeos de renovabl?s se eleven del 27% al 35% para 2030, en el contexto del debate del paquete europeo de energía y clima. "Pero el Gobierno español no apoya ni más objetivos de renovables, ni más participación ciudadana, sino que quiere nuevas subvenciones para la energía sucia", lamenta.
AHORA, EL CIERRE DE NUCLEARES
Greenpeace pide ahora a Iberdrola que "dé el siguiente paso" y anuncie el cierre de sus centrales nucleares y se comprometa a reemplazar esa energía por nueva generación renovable y eficiencia energética, en vez de aumentar la quema de gas. "Una compañía que pretenda ser líder en energía limpia debe presionar por un futuro completamente renovable, facilitando la participación a la ciudadanía", subraya.
La importancia del compromiso anunciado por Iberdrola se pone de manifiesto, según Greenpeace, tras la publicación de los últimos datos del Global Carbon Project, que revelan que las emisiones mundiales de CO2 aumentarán este año en aproximadamente un 2% después de tres años de haberse mantenido estables con un crecimiento nulo. Este repunte se debe, según la organización al "lento ritmo" de reducción de las emisiones en la UE y EEUU y el "anómalo" crecimiento de las emisiones en China.
"Sin duda la decisión de Iberdrola es una buena noticia para el cambio climático, pero ante el repunte de las emisiones mundiales todas las empresas y gobiernos deben actuar con mayor contundencia y urgencia, deben hacer mucho más", señala Greenpeace.
José Luis García Ortega, responsable del programa de cambio climático de Greenpeace España, espera que el anuncio de Iberdrola sea un "empujón definitivo" para que las otras eléctricas propietarias de térmicas de carbón definan una fecha para el cierre de las mismas y para que el Gobierno "marque un camino claro para un sistema energético 100% renovable en manos de la ciudadanía".
"Es vergonzoso que tengamos un Gobierno más fósil que las empresas eléctricas", ha declarado.
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