Movilidad

Hamburgo podría convertirse en la primera ciudad alemana que prohíbe circular a los vehículos diésel

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Hamburgo podría convertirse en la primera ciudad alemana que prohíbe la circulación de los vehículos diésel más antiguos y contaminantes por determinadas zonas y calles, de acuerdo con la sentencia dictada por el Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Alemania en febrero.

Varios operarios del ayuntamiento de Hamburgo están colocando ya en la zona de Altona-Nord distintas señales que informan sobre el veto a este tipo de vehículos y de posibles desvíos alternativos.

Según la agencia de noticias alemana 'dpa', los jueces germanos autorizarán a los ayuntamientos restringir el tráfico a los vehículos diésel que no cumplan con la normativa Euro 6 (los matriculados antes de septiembre de 2015) en determinadas calles, pero no en todas las vías de una misma zona.

Así, Hamburgo podría hacer historia con el objetivo de mejorar la calidad del aire y cumplir con los límites de niveles de contaminación que establece la legislación europea antes de que finalice el mes de mayo.

El debate sobre la prohibición de coches altamente contaminantes en entornos urbanos ocupa la primera plana política de Alemania. Distintas mediciones oficiales revelan que los residentes de las ciudades alemanas respiran altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO2).

En 2017, un total de 66 ayuntamientos alemanes superó los límites de contaminación permitidos. Otras ciudades como Stuttgart o Múnich también se están planteando restricciones al tráfico de determinados vehículos diésel.

En Hamburgo, que cuenta una población de casi dos millones de habitantes, circulan a diario unos 265.000 vehículos diésel, según datos de la Oficina Federal de Transporte (KBA). De ellos, cerca de 165.000 son automóviles antiguos y emiten una gran cantidad de gases contaminantes.

La intención de la corporación municipal de Hamburgo es comenzar prohibiendo el tráfico de camiones en algunas calles y, en otras, vetar la circulación de automóviles, con excepciones, como por ejemplo ambulancias, residentes, vehículos de reparto y taxis.

Durante los primeros días que se instaure la prohibición, la Policía de Hamburgo llevará a cabo una labor informativa y no pondrá multas. Más adelante, no respetar las restricciones podrá costar 25 euros a los propietarios de automóviles y 75 euros a los conductores de camiones.

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