Iberdrola ha inaugurado este jueves el parque eólico marino de Saint-Brieuc (Francia), el proyecto desde el punto de vista de ingeniería "más difícil que ha tenido nunca" la energética, según ha declarado el presidente del grupo a los medios de comunicación, Ignacio Sánchez Galán. Casi doce años ha tardado la compañía en llevar a buen puerto este proyecto de 496 megavatios (MW), que ha supuesto una inversión de 2.400 millones de euros, financiados íntegramente por la compañía.
Localizado en las costas de Armor —lugar privilegiado para explotar el potencial energético de la eólica—, en el norte del país galo, en la región de Bretaña, este parque lleva generando energía con sus 62 turbinas desde el pasado mes de mayo, aprovechando los fuertes vientos y grandes mareas de esta zona.
Saint-Brieuc se trata del segundo proyecto a gran escala de eólica marina en Francia y el primero de Bretaña, región del extremo oeste del país. Tiene una capacidad de producción de 1.820 gigavatios hora (GWh) al año, con los que cubrirá la demanda energética de unas 835.000 personas, equivalente al 9% del consumo total de electricidad de Bretaña.
“Este proyecto sienta las bases del sector eólico marino en Francia y demuestra el potencial de esta tecnología para impulsar la autonomía energética, la competitividad y la reindustrialización de Europa, contribuyendo además a los objetivos climáticos, en línea con el informe Draghi” ha subrayado Galán durante su discurso en el evento de inauguración.
Cuarta instalación
Este parque eólico marino se convierte en la cuarta instalación de este tipo de la compañía, tras West of Duddon Sands, ubicado en el mar de Irlanda; Wikinger, en el mar Báltico; e East Anglia ONE, uno de los parques eólicos marinos más grandes del mundo, situado en la zona sur del mar del Norte.
En este sentido, Galán aseguró que la descarbonización es "mucho más que hacer energía verde, es hacer industria, es hacer empleo y empleo de calidad, empleo de futuro y autosuficiencia para Europa". Por ello, puso en valor como en Saint-Brieuc han participado cerca de 100 empresas francesas y 60 empresas europeas, como Siemens Gamesa, Navantia o Windar.
Sus 62 turbinas, fabricadas por Siemens Gamesa, cuenta con 8 MW de potencia cada una, que se extienden sobre una superficie de 75 kilómetros situada a unos 16 kilómetros de la costa francesa.
Sello español
Además, Saint-Brieuc goza de un importante sello español, pues los jackets —plataformas que sustentan los aerogeneradores marinos— y los pilotes se han construido y montado enteramente por Navantia-Windar, en Fene (A Coruña), donde se instaló una grúa oruga de 1.600 toneladas para el ensamblaje final, y Avilés (Asturias), respectivamente.
Con un valor de 350 millones de euros, se trató del mayor contrato de eólica marina de la historia de la naviera, que sostuvo más 2.000 empleos directos y miles de empleos indirectos.
Los trabajos de ensamblaje de las cimentaciones comenzaron tras la llegada de los tubos estructurales a los puertos de Ferrol y Brest. El ensamblaje final de todos los subconjuntos se realizó en las instalaciones de los astilleros gallegos.
Mientras, la fabricación de las turbinas, de 207 metros de alto cada una, fueron llevadas a cabo por Siemens Gamesa Renewable Energy. Están dotadas con tecnología de última generación direct drive y sus palas, de casi 82 metros de longitud, ofrecen un área de barrido un 18% superior al modelo anterior y una mejora de la producción anual de energía del 20% respecto a su predecesora.
Apuesta estratégica
La eólica marina es una apuesta estratégica para Iberdrola, tecnología en la que aspira a alcanzar los 4.800 MW en 2026 gracias a la entrada en operación de los parques East Anglia Three (Reino Unido y con una capacidad de 1.400 MW) y Windaker (Alemania y con 300 MW).
Además, en el último mes el grupo se ha adjudicado dos nuevos proyectos, uno en Reino Unido y otro en los Estados Unidos: East Anglia Two, que tendrá una capacidad de 960 MW, y New England Wind 1, que proporcionará 791 MW de energía eólica marina.
Asimismo, cuenta con 10.000 MW en derechos de lecho marino asegurado para oportunidades de crecimiento adicionales en Europa, el Reino Unido, los Estados Unidos, Australia y Japón.
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