En 2012 Nuclenor, participada al 50% por Endesa e Iberdrola, pidió la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). Unos años más tarde, y en plena decisión sobre el futuro de la central, ambas eléctricas se distancian y cogen caminos opuestos en su negocio de generación eléctrica.
Garoña no es la única culpable del distanciamiento entre ambas eléctricas, pero es el signo más evidente de que no marchan bien las cosas entre las compañías.
Hace unos días, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en una filtración de una conversación con el sindicato ELA, aseguró que el negocio de la energía nuclear en España es inviable, económicamente hablando. Además, les dijo que se estuviesen tranquilos porque Garoña no se iba a reabrir.
¿Por qué dijo estas palabras Galán? Nadie lo sabe, solo él. La eléctrica no ha querido o no ha sabido dar más explicaciones al asunto. Por primera vez en la historia de Iberdrola, su presidente, decía que el negocio nuclear es ruinoso. Y, ¿por qué ahora?
El Consejo de Seguridad Nuclear está estudiando el caso de la reapertura de la central de Garoña. Existe una gran oposición política a que eso suceda. Pero Nuclenor, propietaria de la central, se mantiene igual y queda a la espera de la decisión del CSN. En un principio, la empresa prefiere que se estudie el caso de una posible reapertura en el CSN.
Las palabras de Galán hicieron saltar las alarmas en la propia Nuclenor, ya que no entendían. Además, pusieron nervioso a más de uno. La Junta de Castilla y León tuvo que ponerse en contacto con la propietaria de la central de Garoña para que le explicara si realmente el cierre iba a ser definitivo.
“Nos ratificaron que no hay una decisión tomada al respecto” que “está condicionada al informe del Consejo de Seguridad Nuclear”, dijo una portavoz del Gobierno castellanoleonés.
Decisión empresarial
Este martes Endesa celebraba Junta de Accionistas. Allí, los dos directivos de la compañía, el presidente Borja Prado y el consejero delegado José Bogas, se refirieron a este asunto.
Prado ha subrayado que Nuclenor está a la espera del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que esperan "se pronuncie lo antes posible".
Una vez que se publique este informe, si es favorable, Nuclenor estudiará "la viabilidad del proyecto desde el punto de vista técnico y financiero" y los accionistas emitirán entonces una "opinión", explicó.
En opinión de Endesa, el futuro de la central nuclear de Garoña dependerá del análisis "técnico y financiero" de su viabilidad porque "se trata de una decisión empresarial, no política", dijo su presidente.
Endesa intentaba así apagar las continuas declaraciones de los partidos de izquierdas que quieren cerrar Garoña sí o sí. En todo esto, a decir verdad, el último que tiene la palabra es el Gobierno. Si el próximo Gobierno decide que no hace falta la central, no se reabrirá, por lo que también será una cuestión política.
Tras estas declaraciones del presidente de Endesa le preguntaron por las declaraciones de Galán y su extraña postura antinuclear de las últimas semanas.
"Cada uno es como es", dijo Prado sobre una posible deslealtad por parte de Iberdrola. "Desde Endesa eso no lo hemos hecho y no lo vamos a hacer", dijo.
Garoña ha acabado por separar los intereses de una y otra eléctrica. No es que sean enemigas, pero ya no son tan amigas. Las diferencias son claras. Y el distanciamiento entre empresas también. Ya no es lo mismo.
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