El ministro de Energía, Álvaro Nadal, repite una otra vez que "sin interconexiones no va a haber más renovables en España". Pero este mantra ¿hasta qué punto es así? ¿Tan necesarias son para la transición energética de nuestro país? Según los objetivos europeos 2030, debería alcanzar un 15% de interconexiones eléctricas, los 21,1 GW, pero en la actualidad tan solo se llegan a los 2.800 MW, alrededor del 6%.
"Desde hace más de una década, cuando gobernaron tanto PSOE como PP, ya hablaban de las interconexiones pero ninguno hizo nada, y desde hace dos años hay una obsesión por ellas precisamente a las puertas del desarrollo del almacenamiento energético a escala", explica Javier García Breva, asesor en políticas energéticas y presidente de N2E.
"La inversión para construir nuevas interconexiones se convertirá en algo parecido a lo ocurrido con las radiales, el mundo ha cambiado, el sector energético ha madurado a un ritmo de vértigo, y las energías renovables, los sistemas de almacenamiento y la eficiencia energética harán innecesarias estas infraestructuras", recalca.
Además, según el experto, "es claro y notorio que Francia se opone, y ha pedido al regulador que justifique su necesidad y lo que va a costar a sus consumidores, y tiene razón, antes de aprobar cualquier inversión se debe calcular su rentabilidad y este análisis no se ha hecho en España".
"En un futuro 100% renovable con un escenario mayoritariamente fotovoltaico y eólico se puede solucionar la falta de interconexiones con almacenamiento, pero también con gestión de la demanda, y ya en último caso con interconexiones", explica a su vez Jorge Morales, director general de GeoAtlanter.
Morales señala que "es cierto que cuanto más grande es un mercado, es mejor para cubrir las intermitencias de las renovables y por tanto, más eficiente, ése es el fundamento de las interconexiones, pero ¿eso significa que vale todo? No, no es la única solución, sino la última, es decir que aprovechados todos los recursos renovables disponibles, se buscaría la utilidad de las interconexiones".
Para el directivo, además hay una enorme falta de transparencia para saber si es rentable construir nuevos cables, "normalmente una interconexión se paga entre los dos países, pero como es una gran debilidad del sistema español, recaerá principalmente en los fondos comunitarios, y la rentabilidad de estas infraestructuras dependerá de los precios de los mercados".
Morales de Labra pone como ejemplo las interconexiones entre Portugal y España, "en este caso quienes salen ganando son los generadores españoles y los consumidores portugueses, y perdiendo los consumidores españoles y los generadores portugueses, porque en general la electricidad de nuestro país es más barata y se exporta más, con lo que el precio sube". Algo muy similar ocurre con Marruecos, "su electricidad es muy cara porque proviene sobre todo de combustibles fósiles y siempre exportamos, lo que provoca un aumento del precio de la luz en nuestro país". Por eso, propone que "debería haber una regulación adecuada para equilibrar los mercados".
"El problema de las interconexiones con Francia es que necesitan reforzar la red de transmisión del sur, su nodo tiene un límite y tiene que ser capaz de gestionarse", explica Francisco Valverde, consultor y analista del mercado eléctrico, "y como el mallado del sur francés no es tan bueno y reforzar la red de transmisión es muy caro, están apostando por desarrollar las smart grids, para evitar realizar tan altas inversiones, y por otro lado, a Francia no le interesa tener muchas interconexiones con España, nuestra electricidad es más cara que la suya, y como exporta más que importa, eso supone que se le encarecen sus precios".
Para el experto, saber si son necesarias más interconexiones para el futuro energético español, "depende de cómo quieres plantearte la transición energética, Nadal quiere integrar más renovables pero que todo siga igual, y para ello, prefiere darle prioridad a la eólica que aporta una gran cuota en invierno, junto con la hidráulica, pero que deja un hueco térmico enorme en verano porque apenas hay solar".
Valverde asegura que "si queremos tener una cuota de renovables más estable se debería aumentar considerablemente la potencia fotovoltaica, mejor con seguimiento (incluso termosolar), y así durante muchos años no harían falta las interconexiones, pero es cierto que si no las tenemos, no vamos a poder disfrutar de las ventajas de los precios europeos, y aunque los mercados ya están interconectados, serían necesarias para ese equilibrio de precios".
Sin embargo, Mario Berná, socio de la consultora Ingebau, asegura que "las interconexiones son necesarias para que España deje de ser una isla energética, para formar parte de la Unión Energética Europea, pero también porque se conseguiría abaratar el precio del mercado mayorista de electricidad con el mapa actual, Francia está barato y en las ocasiones (las menos) que el precio más bajo en España, nos subiría. Y son necesarias para que, en caso de exceso de energía renovable, poco manejable, se puede dar salida a parte de ella con el cable". Para la consultora, las ventajas son indiscutibles, mejoran la seguridad del suministro y aportan estabilidad y garantía de los sistemas interconectados.
"Es posible que en 2025, cuando se prevé que esté disponible la interconexión eléctrica entre Gatika (España) y Cubnezais (Francia) que aumentará hasta 5.000 MW la capacidad de intercambio entre ambos países, el mercado eléctrico haya cambiado mucho, pero a día de hoy nos interesa desarrollarlas, beneficia la gestión del sistema y en última instancia a los consumidores", señala Berna.
Según un estudio de la ingeniería belga Tractebel, la rentabilidad de alcanzar un 15% de interconexión (21,1 GW) en el año 2030 no compensaría el coste de llevar a cabo los proyectos, que se acercaría a los 20.000 millones de euros, 20 veces más que los beneficios previstos con ellos, sin embargo, el informe defiende que ese nivel del 10% sería de gran rentabilidad.
Por el momento, Red Eléctrica y su homóloga francesa Réseau de Transport d’Électricité (RTE) han anunciado que inician la tramitación para construir la interconexión eléctrica submarina entre España y Francia por el Golfo de Vizcaya, que supondrá unos 1.750 millones de euros de inversión. De ahí a que lo consigan, y dentro del plazo señalado, 2025, es otra cuestión.
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