Japón realizará este mes una nueva prueba para extraer gas natural a partir de hidrato de metano del lecho marino, una fuente alternativa de energía que ha captado el interés del país asiático, según anunció el Ministerio nipón de Energía.
El test será el primero desde que Japón se convirtió en marzo de 2013 en el primer país del mundo que consiguió extraer gas natural de depósitos oceánicos, en un experimento realizado en la costa nipona del Pacífico.
Japón, que tiene una alta dependencia energética exterior, se ha marcado el objetivo de producir gas natural de forma comercial con este método entre 2023 y 2027, aunque para lograrlo es necesario resolver la complejidad técnica del procedimiento, explicó en un comunicado el Ministerio nipón de Energía, Comercio e Industria.
La nueva prueba consistirá en la excavación y análisis de dos yacimientos a finales de mes para tratar de extraer gas de forma continuada, después de que el anterior test realizado en un pozo de 1,3 kilómetros de profundidad fuera suspendido por el influjo de arena hacia su interior.
El alto coste que supone perforar un pozo en el fondo del mar es el principal obstáculo de este método experimental, para el que el Gobierno nipón ha presupuestado unos 20.000 millones de yenes (169 millones de euros/180 millones de dólares).
La Agencia nipona de Recursos Naturales y Energía ha hallado estructuras geológicas que sugieren la existencia de depósitos submarinos suficientes para abastecer de gas natural a Japón durante al menos una década.
El hidrato de metano es un tipo de gas natural que se genera en estado congelado a partir de agua y metano, y que se encuentra atrapado en el hielo por debajo del lecho marino o congelado de manera permanente.
Este compuesto es considerado como una prometedora fuente de energía para Japón y por otros países que también están explorando esta nueva fuente energética como India, Canadá, Estados Unidos o China.
No obstante, también hay voces críticas que han alertado sobre el daño medioambiental que puede provocar el proceso de extracción del lecho submarino, y sobre el impacto que tiene el metano en el calentamiento global al tratarse de un gas de efecto invernadero.
La demanda de gas natural e hidrocarburos para las plantas térmicas niponas ha aumentado de forma significativa desde 2011, cuando se desactivaron todas las centrales nucleares del país a raíz del accidente de Fukushima, lo que puso en jaque el modelo energético nipón.
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