Los proyectos previstos para abastecerse en minerales estratégicos para la transición energética en el horizonte de 2030 no son suficientes si se quieren alcanzar los objetivos climáticos. Así lo ha advertido la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su primer informe anual del mercado de estos minerales, Critical Minerals Market Review, entre los que destaca el cobre, el níquel, el litio o el cobalto.
De esta manera, la AIE calcula que para el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, sería necesario multiplicar por 3,5 la producción de 2022, hasta llegar a más de 30 millones de toneladas anuales para 2030.
Proyectos actuales
Con los proyectos actuales, siempre que se materializaran — teniendo en cuenta el riesgo de retrasos en los proyectos y las carencias específicas de cada tecnología—, se podría duplicar el volumen para comienzos de la próxima década, y eso cubriría los compromisos que individualmente han hecho los gobiernos para la transición energética, pero no para llegar a las cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050.
Según la AIE, en los últimos cinco años se ha duplicado el tamaño del mercado de minerales que ayudan a alimentar vehículos eléctricos, turbinas eólicas, paneles solares y otras tecnologías clave para la transición hacia energías limpias.
Tanto que en 2022 representó un total de 320.000 millones de dólares, de los cuales casi 200.000 corresponden al cobre —1,5 veces más que en 2017—, más de 60.000 al níquel —3,1 veces más—, más de 40.000 al litio —6,7 veces más—, cerca de 15.000 al cobalto —1,9 veces más— y algo menos de 10.000 a las tierras raras —2,5 veces más—.
Sector energético
De 2017 a 2022, el sector energético fue el principal vector que triplicó la demanda global de litio, disparó un 70% la de cobalto y aumentó un 40% la de níquel.
De esa forma, las aplicaciones para energías limpias absorbieron en 2022 el 56% de la producción mundial de litio (había sido el 30% en 2017), el 40% de la de cobalto (frente al 17%) y el 16% de la de níquel (frente al 6%).
Y esa dinámica va a continuar, teniendo en cuenta que la AIE prevé que la expansión de las tecnologías de energías limpias seguirá a un ritmo sostenido, con una progresión del 30% este año de la solar fotovoltaica, del 70% de la eólica y del 30% de los vehículos eléctricos.
Esto explica la inversión en el desarrollo de minerales críticos, que aumentó un 30% el año pasado, tras un incremento del 20% en 2021. Entre los distintos minerales, el litio experimentó el mayor aumento de la inversión, con un salto del 50%, seguido del cobre y el níquel. Además, el fuerte crecimiento del gasto de las empresas en el desarrollo de suministros minerales respalda la asequibilidad y la velocidad de las transiciones hacia energías limpias, que se verán muy influidas por la disponibilidad de minerales críticos.
Monopolio
"En un momento crucial para las transiciones hacia energías limpias en todo el mundo, nos alienta el rápido crecimiento del mercado de minerales críticos, que son cruciales para que el mundo alcance sus objetivos energéticos y climáticos", afirmó Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE. "Aun así, persisten grandes retos. Queda mucho por hacer para garantizar que las cadenas de suministro de minerales críticos sean seguras y sostenibles".
La diversidad de la oferta también sigue siendo motivo de preocupación, ya que muchos anuncios de nuevos proyectos proceden de países ya dominantes. En comparación con hace tres años, la cuota de los tres principales productores de minerales críticos en 2022 no ha variado o ha seguido aumentando, especialmente en el caso del níquel y el cobalto.
El pasado año, China no sólo era el país de cuyas minas se obtenía alrededor del 70% del grafito y de las tierras raras consumidas en todo el mundo, sino que allí se procesaba también más del 40% del cobre, más del 60% del litio, casi el 75% del cobalto, cerca del 90% de las tierras raras y el 100% del grafito.
galan
12/07/2023