El Banco Europeo de Inversiones (BEI) y CaixaBank han suscrito un acuerdo de contragarantía por 50 millones de euros para respaldar a Navantia Seanergies, la división de energías verdes del astillero estatal Navantia. Este pacto permitirá que CaixaBank habilite una línea de garantías bancarias —a través de un mecanismo de financiación comercial verde— de al menos 100 millones de euros destinadas a proyectos de fabricación de componentes para energía eólica marina.
El contexto es ambicioso: esta operación forma parte del paquete de 5.000 millones de euros lanzado por el BEI para fomentar la industria eólica europea, en el marco de la estrategia comunitaria para acelerar la transición energética. Esa bolsa de financiación —activada mediante instrumentos de contragarantía con entidades bancarias del continente— tiene como objetivo mitigar los riesgos que enfrentan los bancos al apoyar empresas del sector eólico y así facilitar que los fabricantes accedan a adelantos de pago o garantías de desempeño necesarias para acometer proyectos.
Para Navantia Seanergies, la alianza financiera supone una palanca para reforzar su capacidad industrial. Gracias al mecanismo de garantías, la empresa podrá recibir pagos anticipados de sus clientes en proyectos eólicos marinos y ofrecer garantías de cumplimiento, así como adelantar recursos a sus proveedores de subcomponentes, impulsando así la cadena de suministro.
Las instalaciones implicadas en esta apuesta están localizadas en Fene (Galicia) y Puerto Real (Andalucía), regiones identificadas por la Unión Europea como zonas de cohesión económica, donde el ingreso per cápita se encuentra por debajo de la media comunitaria.
Inversiones en eólica en la UE
Desde la óptica de CaixaBank, esta contribución representa su primer mecanismo de green trade finance —financiación comercial verde— respaldado por el BEI. Con ello la entidad profundiza su apuesta por la financiación internacional de tecnologías verdes, en línea con su Plan de Sostenibilidad para 2025-2027.
Para el BEI, la operación encaja en su estrategia de compartir riesgos con los bancos comerciales, activando garantías que movilicen más inversión privada hacia la producción de equipos eólicos.
La apuesta de la banca por respaldar la industria eólica marina española se inscribe además en una tendencia europea. En Reino Unido y Alemania, el BEI ya ha colaborado con entidades como Deutsche Bank para desplegar instrumentos similares en apoyo a fabricantes de tecnología eólica. Asimismo, otros bancos europeos como BNP Paribas también han estrechado vínculos con el BEI en el impulso de inversiones eólicas en la Unión.
El refuerzo financiero que se pone en marcha ahora llega en un momento clave para España. La división eólica de Navantia —Seanergies— ha generado ya miles de empleos y ha consolidado una cadena de suministro creciente, integrando pymes locales como proveedoras de componentes. Con el nuevo instrumento, la empresa se fortalece para asumir proyectos más ambiciosos de parques eólicos marinos, en especial en estructuras como jackets, monopilotes o fundaciones flotantes.
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