Un nuevo informe de Instituto de Análisis Económico y Financiero de la Energía (IEEFA) revela que Asia lidera el desarrollo de energía fotovoltaica flotante (FPV) en el mundo, muy por delante de Europa, y que así seguirá siendo, ya que los países del sudeste asiático se han sumado al camino marcado por China y Japón y tienen planificados más de 800 MW de nueva capacidad de fotovoltaica flotante.
Las analistas de finanzas de energía Sara Jane Ahmed y Elrika Hamdi señalan que la demanda de energía en Filipinas y Malasia se redujo hasta en un 16% durante el cierre de COVID-19, causando un estrés extremo a las redes eléctricas debido al exceso de energía, aunque tales caídas han sido menores en Vietnam y Singapur, donde las medidas pandémicas han sido menos estrictas hasta la fecha.
"Si el brote de COVID-19 nos ha enseñado algo es que las compañías eléctricas necesitan operaciones ágiles, no centrales eléctricas obsoletas que queman carbón las 24 horas del día, los 7 días de la semana y no pueden responder rápidamente a cambios repentinos o interrupciones", dice Ahmed.
"Nuestra investigación muestra que cada día hay más países de la Asean que están construyendo plantas de fotovoltaica flotante en ríos, presas, lagos y embalses, incluso en el mar, para producir electricidad limpia a precios que pueden competir con la energía de las plantas contaminantes alimentadas con carbón".
Las plantas solares son mejores cuando se instalan cerca de las instalaciones hidroeléctricas y pueden aprovechar las conexiones existentes a las redes eléctricas, según el informe. La energía solar flotante también puede equilibrar los picos y valles de la demanda de los consumidores en sistemas eléctricos complejos.
"La combinación de energía solar e hidroeléctrica flotante en represas y embalses existentes tiene más sentido económico que agregar nuevas centrales de carbón de base en sistemas de red como la red Java-Bali que ya tienen una sobrecapacidad de generación", dice Hamdi.
Las instalaciones solares flotantes han demostrado que pueden resistir tifones, olas enormes y vientos de hasta 170 kilómetros por hora, y los fabricantes ya han comenzado a probar la FPV en alta mar.
“Además, las instalaciones solares sobre el agua se construyen mucho más rápido que las plantas de combustibles fósiles y pueden estar listas en cuestión de meses, mientras que el carbón y el gas tardan en construirse tres años y las plantas nucleares mucho más tiempo", dice Hamdi.
El primer sistema FPV fue construido en 2007 en Aichi, Japón, mientras que China es el jugador más importante de FPV. A finales de 2018, tanto Japón como China tenían una capacidad instalada de FPV combinada de 1.3GW. Vietnam ha instalado 47MW de FPV, y más recientemente, la mayor eléctrica de la India, National Thermal Power Corporation (NTPC), confirmó que tiene 200MW de FPV en desarrollo en cuatro sitios, lo que la convierte en uno de los desarrolladores más importantes del mundo.
Hasta 2019, la capacidad instalada total de FPV entre los países de la ASEAN era inferior a 1 MW. Pero el panorama ha cambiado drásticamente y al menos cinco países han anunciado recientemente planes de fotovoltaica flotante a gran escala por una capacidad superior a los 800 MW:
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