El curso de verano Energía, economía y sociedad: modelos energéticos, autoconsumo y pobreza energética organizado esta semana por la Fundación Gas Natural Fenosa en colaboración con la Universidad de Barcelona, ha analizado el nuevo papel del usuario doméstico de la energía. Los expertos reunidos han examinado las causas y las consecuencias del cambio que se está produciendo en los usuarios, que han pasado de un papel pasivo a una actitud mucho más activa en su gestión de la energía.
El director general de la Fundación Gas Natural Fenosa, Martí Solà, el catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, Mariano Marzo, y el rector de la Universidad de Barcelona, Dídac Ramírez, fueron los encargados de inaugurar el curso, en el que participan más de 80 profesionales.
Una mayor atención a las variaciones de coste energético, el aumento de la información y de la sensibilización sobre los impactos medioambientales del consumo de energía, el conocimiento por parte de los usuarios de las diversas alternativas energéticas, así como la tendencia del “háztelo tú mismo”, son algunos de los factores que influyen en este cambio de actitud, según los expertos.
El analista del Gabinete de Estudios de Analistas Socio-Políticos, Juan Carlos Rodríguez, hizo un recorrido por la evolución de la percepción de la energía y de las empresas energéticas por parte de la sociedad española, y la influencia de la crisis económica y política en este cambio de percepción. El ponente explicó que se perciben síntomas de una mayor predisposición ciudadana a entrar en el debate y la gestión de la energía a nivel doméstico, aunque puntualizó que conviene implicar aún más al público en general en la discusión pública sobre la energía, y para ello es fundamental incrementar el nivel de conocimiento sobre el sector energético.
El Team Manager de Boston Consulting Group, Javier Argüeso, explicó que la industria energética a nivel mundial está evolucionando y se enfrenta a nuevos desafíos; por un lado, están cambiando las expectativas de los clientes de las empresas energéticas, y se están enfrentando a cambios regulatorios y al rápido progreso de la tecnología. Precisamente esta evolución tecnológica está impulsando el desarrollo de nuevos negocios, con un fuerte potencial de mercado.
Eficiencia energética en el sector residencial y el transporte
El EcoBuilding Program Manager de Schneider Electric España, Victor Moure, señaló los nuevos retos que la digitalización y la descentralización de la energía trae consigo poniendo el foco en el sector residencial y los edificios donde, destacó, existe un potencial de eficiencia energética no explotado del 82%. Moure apuntó que desde la concienciación de la sociedad hasta la automatización, existe un gran abanico de posibilidades que se multiplican con la entrada de la conectividad y del internet de las cosas.
También sobre eficiencia, en este caso en el transporte, versó la intervención del Investigador del Centro de Investigación del Transporte (Transyt) de la Universidad Politécnica de Madrid, Álvaro García, quien recordó que el transporte supone cerca del 30% del gasto energético en países desarrollados y más del 90% proviene del petróleo. García mencionó algunas de las medidas más destacadas para conseguir un transporte más sostenible como la planificación urbanística orientada, el fomento del transporte público y el uso del coche compartido.
Pobreza energética
La dimensión social de la tarifa eléctrica estuvo recogida en las ponencias sobre cómo identificar la pobreza energética y cómo responder para mitigarla. El profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia de Comillas, Pedro Linares, autor del estudio “Pobreza energética en España 2015”, explicó que la pobreza energética es un concepto difícil de medir con precisión. Según apuntó, hay medidas objetivas y subjetivas, cada una con ventajas e inconvenientes, y las más utilizadas no son necesariamente las más apropiadas.
Por su parte, la responsable de Estudios y Coordinación Regulatoria de Gas Natural Fenosa, Ester Sevilla, explicó que el acceso a una energía asequible y no contaminante es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y que solo la actuación conjunta de instituciones, empresas, regulador y agentes sociales puede dar soluciones efectivas a este problema. En Europa, los modelos de ayudas de pago de facturas resuelven las situaciones puntuales, pero en el largo plazo hay que buscar soluciones estructurales tanto de erradicación de la pobreza en general como de mejora de las viviendas y su consumo energético en particular.
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